La cifra de fallecidos a consecuencia de las recientes inundaciones en el sur de Brasil ha ascendido a 150, con alrededor de 620,000 personas obligadas a dejar sus hogares, informaron las autoridades locales este martes. El estado de Rio Grande do Sul, que colinda con Uruguay y Argentina, es el más afectado, contabilizando 149 de las víctimas mortales; el estado vecino de Santa Catarina reportó una muerte adicional.
Desde el inicio de la crisis, causada por un fuerte temporal que impactó a 446 municipios, la región enfrenta una situación de caos, con más de 2.12 millones de personas afectadas. Las autoridades han rescatado a cerca de 80,000 personas y 11,000 animales, mientras que 806 individuos han resultado heridos.
El desastre ha dejado partes de Porto Alegre, la capital regional, bajo agua. Infraestructuras clave, como el principal aeropuerto y el centro histórico, siguen inundados, y miles de hogares permanecen sin electricidad. En municipios más pequeños, la población construye puentes temporales para conectar servicios esenciales.
Además del devastador impacto humano, la catástrofe ha golpeado severamente la economía local. Rio Grande do Sul, principal productor de arroz del país y un significativo centro ganadero, enfrenta pérdidas económicas enormes. En respuesta, se esperan medidas de apoyo económico del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien visitará la región próximamente.
Organismos internacionales, como el Nuevo Banco de Desarrollo de los BRICS, han prometido asistencia financiera significativa para la reconstrucción, con promesas de créditos que superan los 1,115 millones de dólares.
