La cadena hotelera española Meliá Hotels International, una de las más influyentes en la industria turística cubana durante las últimas décadas, ha informado un notable retroceso en sus operaciones en la isla durante el primer trimestre de 2025. El informe corporativo difundido por la compañía revela que Cuba fue el único país donde los ingresos no solo no crecieron, sino que continuaron deteriorándose, en contraste con el buen comportamiento financiero de sus otros mercados internacionales.
Según el análisis presentado, Meliá reconoce que el desempeño en la isla sigue marcado por una caída sostenida en la rentabilidad, agravada por factores estructurales y una falta de señales claras de mejora. En palabras del propio documento, la situación se mantiene «difícil y sin perspectivas inmediatas de recuperación».
La cadena, que opera más de 30 hoteles en Cuba, muchos de ellos ubicados en polos clave como Varadero, Cayo Santa María, Holguín y La Habana, experimenta así un “apagón” de ganancias en un contexto donde el turismo internacional a Cuba no logra estabilizarse tras los estragos causados por la pandemia, las restricciones de viajes desde EE. UU. y el deterioro generalizado de los servicios y la infraestructura en la isla.
Mientras tanto, el comportamiento de los hoteles Meliá en otros destinos como República Dominicana, México y el sudeste asiático ha sido positivo, con cifras que superan incluso los niveles prepandemia, lo que evidencia la excepcionalidad negativa del caso cubano dentro del conjunto del grupo.
Analistas del sector coinciden en que, pese a los esfuerzos del gobierno cubano por atraer inversión extranjera y diversificar su oferta turística, las condiciones internas —desde el desabastecimiento hasta los apagones— están minando la competitividad del destino Cuba, incluso para socios históricos como Meliá.
El informe añade presión sobre el modelo turístico cubano, excesivamente dependiente de la inversión hotelera extranjera y del turismo europeo y canadiense, sectores que en la actualidad muestran un interés menguante frente a destinos más rentables y funcionales.
El futuro inmediato de las operaciones de Meliá en la isla queda en entredicho, y si no se producen cambios significativos en el entorno económico y logístico, el «reinado» de esta cadena en Cuba podría estar entrando en una fase de repliegue o reestructuración.
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