Benny Moré, conocido mundialmente como «El Bárbaro del Ritmo», es una de las figuras más legendarias de la música cubana y latina del siglo XX. A más de 60 años de su fallecimiento, su legado continúa vivo, consolidándose como una referencia indiscutible en géneros como el son, el mambo, la guaracha y el bolero. Nacido en Santa Isabel de las Lajas, en la provincia de Cienfuegos, el 24 de agosto de 1919, Benny Moré es recordado no solo por su extraordinaria voz y talento musical, sino también por su carisma y su habilidad única para conectar con el público.
Inicios y Ascenso al Estrellato
Bartolomé Maximiliano Moré, su nombre de pila, creció en una familia humilde y desde joven mostró su pasión por la música. En su adolescencia comenzó a tocar guitarra de forma autodidacta y a participar en pequeños conjuntos locales, pero su verdadero salto a la fama se dio cuando emigró a La Habana en la década de 1940. Allí, fue descubierto por el famoso director de orquesta Miguel Matamoros, quien lo llevó a México, donde Benny Moré forjó su carrera internacional.
Según reporta Europa Press, durante su estancia en México, Moré se consolidó como uno de los grandes de la música cubana, trabajando con importantes figuras como Dámaso Pérez Prado, quien lo integró a su orquesta para interpretar mambos. Fue en este periodo que Benny recibió el apodo de «El Bárbaro del Ritmo», por su capacidad para dominar cualquier género musical y su inigualable sentido del ritmo.
El Director de su Propia Banda
De regreso a Cuba en los años 50, Benny Moré fundó su propia orquesta, la Banda Gigante, una de las agrupaciones más destacadas de la época. La versatilidad de su estilo, que combinaba ritmos cubanos tradicionales con influencias del jazz y la música internacional, lo llevó a convertirse en un fenómeno de masas. Con su orquesta, recorrió América Latina, presentándose en países como Venezuela, Colombia, Perú y Panamá, donde sus actuaciones fueron aclamadas por el público y la crítica.
Uno de los aspectos más notables de Benny Moré era su habilidad como autodidacta. Nunca aprendió a leer música, pero dirigía su orquesta con una precisión asombrosa, demostrando un talento natural para la composición y los arreglos. Entre sus éxitos más recordados se encuentran «Bonito y sabroso», «Cómo fue», «Hoy como ayer» y «Santa Isabel de las Lajas», canción dedicada a su ciudad natal.
Legado y Muerte
Lamentablemente, la vida de Benny Moré se vio truncada de forma prematura. Murió el 19 de febrero de 1963 a los 43 años, debido a complicaciones relacionadas con problemas hepáticos. A pesar de su corta carrera, su impacto en la música cubana y mundial fue inmenso. Benny dejó un legado de más de 60 grabaciones que continúan siendo populares y su estilo vocal sigue influyendo a nuevas generaciones de artistas.
Hoy en día, «El Bárbaro del Ritmo» es celebrado no solo en Cuba, sino en toda América Latina, como una de las voces más importantes de la música popular. Su estatura artística es comparable a la de otros grandes iconos de la música latina como Celia Cruz, Tito Puente y Héctor Lavoe.
Benny Moré no solo fue un innovador del mambo y el son, sino un embajador de la cultura cubana en el mundo. Su legado trasciende fronteras y generaciones, y su música sigue siendo una banda sonora vibrante que nos recuerda la grandeza de su talento y su profundo amor por Cuba.
