Sancti Spíritus enfrenta un aumento significativo en enfermedades diarreicas, vinculado estrechamente a problemas con el abasto y la calidad del agua, situación que ha llevado a las autoridades de salud y a la Empresa de Acueducto y Alcantarillado a tomar medidas urgentes. El director adjunto de la empresa, Pedro Jiménez Pérez, discutió los esfuerzos en curso para mejorar este servicio vital ante un contexto de escasez agravado por la crisis económica y la sequía.
Actualmente, más de 28,000 residentes de la provincia reciben agua mediante pipas, algunas de las cuales llegan cada 20 días o más, debido a un déficit de combustible. La situación del agua en la provincia no solo afecta la salud pública con un incremento de casos de enfermedades diarreicas, sino que también plantea un desafío constante en la vida diaria de miles de espirituanos.
En respuesta a la situación crítica, se han adquirido seis equipos nuevos, además de repuestos, para la estación de bombeo Manaquitas, que es la principal fuente de abasto para las ciudades de Sancti Spíritus y Cabaiguán. «Estamos instalando equipos nuevos que tienen una potencia superior. Esperamos que esto alivie significativamente la situación actual», explicó Jiménez Pérez. Los nuevos equipos se están instalando con la ayuda de brigadas especializadas y con apoyo del Gobierno y diversas entidades, lo que garantiza un montaje adecuado y eficaz.
Esta modernización es parte de un cambio más amplio hacia una matriz energética más sostenible, con equipos que pueden operar con electricidad y energía solar. Hasta la fecha, se han instalado más de 60 de estos nuevos equipos en varios municipios, y se espera que la instalación total de 99 equipos concluya en abril. «Estos equipos híbridos están diseñados para operar en condiciones específicas y han sido distribuidos estratégicamente para maximizar su eficacia», señaló el directivo.
Además de mejorar el suministro de agua, estas actualizaciones buscan reducir la dependencia de las pipas de agua, que actualmente operan en ciclos de hasta 30 días. Con los nuevos equipos, se espera disminuir estos ciclos a aproximadamente 10 días, mejorando significativamente el acceso al agua en toda la provincia.
La subdirectora de Higiene del CPHEM, Yurien Negrín Calvo, recalcó la necesidad de continuar con prácticas higiénicas estrictas, como hervir el agua y asegurar la conservación adecuada de los alimentos, para combatir el aumento de las enfermedades diarreicas. «Aunque estamos tomando medidas para mejorar el abasto de agua, la comunidad también debe tomar precauciones para proteger su salud», añadió.