En las últimas 24 horas, dos accidentes de tránsito graves han puesto en relieve los problemas de seguridad vial que enfrenta Cuba. Estos sucesos, uno en el municipio de Jiguaní, provincia de Granma, y otro en el popular barrio de El Vedado en La Habana, evidencian la creciente preocupación por la accidentalidad en las carreteras del país.
En Jiguaní, un camión conducido por un hombre identificado solo como Fausto perdió el control y volcó, deslizándose unos 50 metros antes de detenerse. El estado en que quedó la cabina del camión hacía difícil creer que Fausto pudiera haber sobrevivido, pero afortunadamente resultó ileso, lo que muchos consideran un milagro.
Por otro lado, en El Vedado, la tranquilidad del amanecer fue interrumpida por un fuerte choque en la intersección de 3ra y calle 12. Un camión y un auto clásico, conocido localmente como «Almendrón», colisionaron de manera espectacular. El impacto fue tal que el conductor del auto tuvo que ser liberado por rescatistas, mientras que dos jóvenes que viajaban en la parte trasera del camión fueron lanzados fuera del vehículo. La condición de los heridos aún no ha sido clarificada, aumentando la ansiedad en la comunidad.
Estos incidentes no son casos aislados, sino ejemplos de una problemática mayor que incluye infraestructuras viales deficientes, falta de señalización adecuada y poco mantenimiento de los vehículos que circulan en la isla. Además, la combinación de vehículos antiguos con normas de tráfico poco rigurosas contribuye a un entorno de alto riesgo para conductores y peatones por igual.
Autoridades y expertos en seguridad vial urgen a una revisión exhaustiva de las políticas de tráfico y a la implementación de estrategias efectivas que mejoren la seguridad en las carreteras. La necesidad de educación vial, mejor infraestructura y regulaciones más estrictas se hace cada vez más evidente para reducir la tasa de accidentes y garantizar la seguridad de todos los cubanos en la vía.
