La temporada navideña ha traído consigo un incremento significativo en los envíos hacia Cuba, saturando las agencias especializadas y generando largas filas que se extienden incluso fuera de los locales. Las esperas pueden superar las cuatro horas, un esfuerzo que muchos realizan para apoyar a sus familiares en la isla en medio de la crisis económica y energética que atraviesa el país.
Hortensia Flores, una de las personas en las filas, expresó que las necesidades en Cuba la obligan a enviar ayuda: “Hay hambre, miseria y no hay corriente”. Este sentir es compartido por numerosos usuarios que, aunque prefieren no aparecer en cámaras, coinciden en que los envíos son esenciales para sus familiares.
Crisis y cambios en los envíos
En las agencias, los trabajadores han notado un cambio en el tipo de artículos que se envían, priorizando productos adaptados a la crisis energética. Entre los más comunes están plantas eléctricas, paneles solares, ventiladores recargables y alimentos no perecederos, destinados a hacer más llevaderas las condiciones de vida en la isla.
Rachely Baro, de la agencia Malecón Envíos, señaló: “El problema es que en Cuba no hay nada, y lo poco que tienen se pierde. Los familiares aquí hacen lo que pueden para ayudar, pero cada día la situación es más difícil”.
¿Influyen los cambios políticos?
Aunque algunos analistas sugieren que el aumento de envíos podría estar relacionado con la posible implementación de nuevas restricciones por parte de la administración de Washington, los remitentes rechazan esta teoría, afirmando que la prioridad sigue siendo la necesidad de sus familias en Cuba. Juana Milanés, otra persona en las filas, comentó: “Lo importante es mantener a la familia con lo básico, porque bien no van a estar”.
El panorama en las agencias refleja tanto la solidaridad de los emigrados cubanos como las dificultades persistentes en el país. A pesar del esfuerzo y los sacrificios económicos, quienes envían reconocen que estas ayudas son temporales y no resuelven los problemas de fondo.