Al menos 80 personas han muerto en un ataque aéreo israelí que alcanzó una escuela en Gaza que había sido convertida en refugio, según informaron las autoridades de salud palestinas. El incidente, que ocurrió en la madrugada del sábado, se ha convertido en uno de los más mortales en el conflicto entre Israel y el grupo insurgente Hamás, que lleva ya 10 meses.
El ejército israelí confirmó que había atacado la escuela Tabeen, ubicada en el centro de la Ciudad de Gaza, argumentando que el lugar era utilizado como un centro de mando de Hamás. Sin embargo, el grupo insurgente negó estas acusaciones.
Naciones Unidas ha expresado su preocupación por este ataque, señalando que es parte de una serie de operaciones israelíes contra escuelas en Gaza, muchas de las cuales han sido utilizadas como refugio por la población desplazada debido a los combates. Hasta la fecha, la ONU ha reportado que 477 de las 564 escuelas en Gaza han sido alcanzadas o dañadas directamente por los ataques.
Videos desde el lugar de los hechos mostraron paredes destrozadas y escombros cubriendo el suelo empapado de sangre, junto con muebles, ropa y restos de concreto y metal. Un automóvil, severamente dañado, también fue encontrado en medio de los escombros.
El director del hospital al-Ahli, Fadel Naeem, confirmó que 70 cadáveres fueron llevados al centro, junto con restos de al menos otras 10 personas. Además, se reportaron 47 heridos, muchos de ellos con quemaduras graves y amputaciones. Naeem describió las lesiones como algunas de las más severas que han atendido durante la guerra.
Testigos afirmaron que el ataque se produjo sin previo aviso mientras la gente rezaba en una mezquita dentro de la escuela. Abu Anas, quien participó en las labores de rescate, explicó que varias personas, incluyendo niños, mujeres y ancianos, se encontraban en el edificio en el momento del ataque. «El misil cayó sobre ellos sin previo aviso», dijo Anas, quien añadió que sacaron los cuerpos en pedazos.
Según Mahmoud Bassal, portavoz de los rescatistas de Defensa Civil de Gaza, que operan bajo el gobierno de Hamás, tres proyectiles impactaron en la escuela y la mezquita, donde alrededor de 6.000 desplazados se encontraban refugiados. Muchos de los fallecidos estaban irreconocibles, y Bassal anticipó que la cifra de muertos podría aumentar, ya que muchas de las víctimas eran mujeres y niños.
El jefe de la política exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, condenó las operaciones, calificándolas como injustificables, mientras que Israel ha responsabilizado a Hamás por las muertes de civiles, alegando que el grupo utiliza escuelas y vecindarios residenciales como base para sus operaciones militares.
Los servicios de inteligencia israelíes afirmaron que aproximadamente 20 insurgentes de Hamás y Yihad Islámica, incluyendo altos mandos, estaban utilizando la escuela como base para planear ataques contra las tropas israelíes. Sin embargo, Izzat al-Rishq, alto mando de Hamás, negó estas acusaciones.
El ataque tuvo lugar en medio de esfuerzos diplomáticos por parte de mediadores de Estados Unidos, Qatar y Egipto para lograr un alto el fuego que reduzca las tensiones en la región tras la muerte del líder político de Hamás, Ismail Haniyeh, en Teherán, y de un alto cargo de Hezbollah en Beirut.
Egipto y Jordania condenaron el ataque, describiéndolo como una violación flagrante del derecho internacional. Entretanto, la ofensiva militar israelí en Gaza ha dejado más de 39.790 palestinos muertos y más de 92.000 heridos, según el Ministerio de Salud gazatí. La guerra comenzó tras un ataque de Hamás el 7 de octubre, que resultó en la muerte de aproximadamente 1.200 personas en Israel y el secuestro de 250 más.
Con más de 1,9 millones de desplazados en Gaza, la mayoría de la población se encuentra ahora en campamentos improvisados a lo largo de la costa del sitiado enclave palestino, tratando de escapar de la violencia que continúa devastando la región.