Planta industrial emitiendo humo bajo cielo azul

Apagones en Cuba siguen afectando a la población, mientras el gobierno no ofrece soluciones claras

El malestar de los cubanos sigue en aumento a medida que los apagones se convierten en una parte cotidiana de la vida en la isla. El pasado lunes 14 de octubre, a las 22:02 horas, la Central Termoeléctrica de Cienfuegos salió del Sistema Eléctrico Nacional para realizar el mantenimiento programado en el bloque 4, dejando a miles de personas en la oscuridad. Este anuncio, realizado a través de canales oficiales, pidió a la ciudadanía mantenerse informada sobre el proceso a través de los medios de comunicación del gobierno.

Sin embargo, el comunicado no ha logrado apaciguar la frustración de los cubanos, quienes ven con creciente desesperanza cómo la situación energética del país empeora sin que se ofrezcan soluciones a largo plazo. A pesar de que las autoridades insisten en que el mantenimiento es «impostergable» y necesario, los ciudadanos denuncian que los cortes eléctricos, prolongados y frecuentes, están afectando gravemente su calidad de vida.

«Esto no es un problema de ahora, llevamos años viviendo con apagones, y cada vez es peor. No importa cuántas veces digan que están trabajando en el sistema, la realidad es que seguimos sin luz durante horas, y la vida se hace insostenible», expresa un residente de La Habana, que al igual que muchos, ha visto cómo la falta de electricidad interrumpe el día a día, afectando desde el trabajo hasta las necesidades más básicas como conservar alimentos o poder descansar en las sofocantes noches de calor.

La población siente que las excusas oficiales ya no son creíbles. A pesar de los múltiples anuncios de reparaciones, mantenimientos y promesas de mejoría, la crisis eléctrica parece lejos de resolverse. Este problema ha exacerbado el malestar general, sumándose a una larga lista de dificultades que enfrenta el país, como la escasez de alimentos y medicinas, y una inflación imparable que sigue erosionando el poder adquisitivo de los cubanos.

Las redes sociales han servido como un espacio para que los ciudadanos expresen su frustración. Comentarios como “vivimos en penumbras”, “otro apagón más” o “el país se está apagando” reflejan el hartazgo de una población que, día tras día, ve cómo las fallas en el sistema eléctrico agravan aún más la difícil situación económica y social.

El gobierno, por su parte, ha instado a la calma y ha reiterado que está trabajando para estabilizar la generación eléctrica. Sin embargo, la falta de transparencia y la ausencia de soluciones concretas y efectivas mantienen a la población en un estado de incertidumbre. Los apagones ya no son eventos aislados, sino una constante que golpea a todos los sectores de la sociedad, afectando el comercio, la educación, la salud y la vida diaria.

Ante este panorama, los cubanos continúan exigiendo respuestas y soluciones reales, cansados de lo que consideran promesas vacías. La pregunta que muchos se hacen es cuánto más deberán soportar antes de que se tomen medidas efectivas para poner fin a esta crisis energética que parece no tener fin.

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