El Gobierno de Antigua y Barbuda decidió dar por terminado el convenio de cooperación médica con Cuba, un acuerdo que durante más de dos décadas permitió la presencia de profesionales de la salud cubanos en el sistema sanitario del país caribeño, según reportes divulgados por Cubanet.
La salida del personal médico se produjo de forma repentina y sin explicaciones oficiales detalladas. Las autoridades se limitaron a emitir un mensaje de agradecimiento por los servicios prestados, evitando precisar las razones que llevaron a la cancelación del programa.
Desde el ámbito político interno, el Partido Progresista Unido (UPP), actualmente en la oposición, expresó su reconocimiento al trabajo realizado por los médicos y enfermeros cubanos a lo largo de los años. No obstante, el UPP calificó como desafortunada la ruptura del acuerdo, al que describió como una relación beneficiosa para ambas partes, y responsabilizó a la actual administración por la forma abrupta en que se ejecutó la decisión.
La terminación del convenio ocurre en un momento delicado para la región, marcado por cambios en el entorno internacional. Recientemente, ciudadanos de Antigua y Barbuda fueron incluidos en un veto migratorio anunciado por la Casa Blanca, que limita el ingreso a Estados Unidos de nacionales de varios países por motivos de seguridad. Aunque no se ha establecido un vínculo oficial entre ambos hechos, el contexto geopolítico ha generado especulación sobre su posible influencia.
Para cubrir la salida del personal cubano, el Gobierno antigüano ha iniciado la contratación de profesionales de la salud procedentes de Ghana. De acuerdo con informaciones del medio local Antigua Observer, las autoridades aseguran que el proceso se realiza con el objetivo de mantener la estabilidad y continuidad de los servicios médicos.
El ministro de Salud, Sir Molwyn Joseph, confirmó que ya fueron contratados unos 120 trabajadores sanitarios, en su mayoría enfermeras, además de varios médicos. Según explicó, se espera que este nuevo personal quede integrado plenamente al sistema público de salud antes de que finalice el año.
La decisión de Antigua y Barbuda refleja un reordenamiento de las alianzas sanitarias en el Caribe, en un escenario donde los factores políticos, económicos y diplomáticos están redefiniendo antiguos esquemas de cooperación regional.
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