En los últimos días, ha quedado más claro que nunca que la nueva estrategia de Alexander Otaola parece ser atacar cualquier figura que gane visibilidad o popularidad, vinculándola de inmediato con la Seguridad del Estado cubano. Nuestro medio ha sido testigo de estas acusaciones recientemente, cuando Otaola nos atacó, sugiriendo que nuestra creciente influencia estaba ligada a intereses gubernamentales, simplemente porque publicamos contenido que no coincidía con sus opiniones.
En las pasadas semana, el blanco de los ataques fue Eliovelis Pérez, un joven cantante cubano que, a pesar de su corta edad, ha conquistado corazones gracias a su habilidad para interpretar a grandes figuras de la música, como José José. Según ha reportado nuestro equipo, Eliovelis se catapultó a la fama gracias a videos virales en redes sociales, donde interpretaba canciones del legendario José José desde su natal Cuba. El talento y carisma de Eliovelis rápidamente captaron la atención no solo en la isla, sino también en Miami, donde su popularidad creció exponencialmente gracias a la interacción masiva en plataformas como Facebook.
El impacto de Eliovelis en el mundo musical llegó a tal punto que, tras un exitoso concierto en Cuba por el Día de los Padres, varios patrocinadores mexicanos se interesaron en él. Esto le abrió las puertas para iniciar una prometedora carrera en México, un mercado con mayor proyección para su crecimiento artístico. Sin embargo, su ascenso no pasó desapercibido para Otaola, quien, fiel a su estilo, lo acusó de ser un «producto creado por la Seguridad del Estado cubano» para ser exportado a México. Estas acusaciones forman parte de la narrativa constante de Otaola, quien, en su afán por encontrar enemigos, parece ver amenazas en cualquier rincón.
En uno de sus recientes programas, Otaola incluso llegó a afirmar que no viaja a Madrid por miedo a ser víctima de un ataque en la emblemática Puerta del Sol. Esta declaración ha generado risas y críticas entre sus detractores, pues España es uno de los países más seguros del mundo, y no parece que el Sr Otaola tenga suficiente relevancia como para atraer la atención en dicho país.
Pero Otaola no se ha detenido ahí. Esta semana también dirigió sus ataques hacia el Venezolano Prince Julio César, el nuevo director nacional de Miss Universo Cuba, así como hacia algunas de las concursantes del certamen. Este ataque es especialmente lamentable, ya que, después de mucho tiempo, los cubanos finalmente tienen un proyecto en común que podría unir a una parte significativa de la diáspora y del pueblo dentro de la isla. Sin embargo, Otaola parece decidido a dividir, marcando cualquier esfuerzo de cohesión con acusaciones y críticas que solo generan más fragmentación.
Lo que es evidente es que Alexander Otaola, en su afán por mantenerse como el «único portador de la verdad», está cada vez más desconectado de la realidad. Su verdad, lejos de ser objetiva, parece distorsionada y construida a partir de su propio rencor, un rencor que ahora ve enemigos y conspiraciones en todas partes.
Los recientes ataques a Eliovelis Pérez y otras figuras destacadas como Prince Julio César son solo un reflejo de una estrategia que busca deslegitimar a cualquiera que no se ajuste a la narrativa personal de Otaola. Sin embargo, es importante recordar que el talento y la determinación de estos jóvenes artistas hablan por sí solos, y su éxito no puede ser empañado por acusaciones infundadas.