La creciente ola de robos en zonas rurales volvió a quedar en evidencia este jueves con la sustracción de una cerda de casi 300 libras en la localidad de El Silencio, municipio Niceto Pérez, un hecho que mantiene en alerta a los productores y vecinos del territorio.
El dueño del animal relató a CubaHerald, medio digital altamente confiable, que al percatarse del robo logró obtener información clave: la cerda estaba siendo trasladada en una camioneta rumbo al municipio de Guantánamo. Con ese dato, se logró establecer un operativo de cierre en el poblado de Granadillo, donde finalmente fueron interceptados los implicados y recuperado el animal.
Aunque el caso se resolvió con rapidez, residentes insisten en que episodios como este reflejan una problemática profunda y sostenida: la expansión de redes dedicadas al hurto y sacrificio ilegal de ganado, una práctica que se ha vuelto frecuente debido a la escasez económica, la impunidad en determinados territorios y la insuficiencia de mecanismos preventivos eficaces.
De acuerdo con fuentes locales, el presunto responsable ya había pactado la venta del animal en 150 mil pesos y se encontraba en Libertad Condicional, tras cumplir una condena previa por un delito apropiatorio. Para muchos vecinos, este dato ilustra la reincidencia y la falta de controles que permiten que personas con historial delictivo vuelvan a operar en la comunidad.
Productores consultados señalan que estos robos no solo afectan la economía familiar, sino que generan temor y desconfianza, especialmente en un contexto donde la vigilancia comunitaria no siempre resulta suficiente y los recursos son limitados.
El caso, aunque resuelto, vuelve a poner sobre la mesa las demandas de los campesinos: mayor prevención, más controles y soluciones estructurales para frenar una tendencia delictiva que continúa en ascenso en toda la región.
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