Estados Unidos celebra hoy el Día de Acción de Gracias, una de las festividades más arraigadas del país y punto de partida de la temporada navideña. Millones de familias se reúnen en hogares, templos y centros comunitarios para compartir la tradicional cena, en la que el pavo asado ocupa un lugar central, razón por la cual muchos estadounidenses se refieren a la fecha como el “Día del Pavo”.
La celebración, que tiene lugar cada cuarto jueves de noviembre, combina elementos históricos, culturales y religiosos. Aunque sus orígenes se remontan a los primeros asentamientos coloniales en el siglo XVII, el Día de Acción de Gracias ha evolucionado hacia una jornada dedicada a la gratitud, la unidad familiar y la solidaridad. En numerosos estados se organizan actividades comunitarias para ofrecer alimentos a personas sin hogar, programas de voluntariado y eventos benéficos.
El feriado es también un motor económico significativo. Los desplazamientos por carretera y aeropuertos alcanzan cifras récord, y el comercio minorista se prepara para el Black Friday, considerado el día de compras más importante del año. Esta combinación convierte la semana en una de las de mayor impacto social y financiero del país.
En ciudades como Nueva York, la tradicional parada de Macy’s reúne a multitudes y es seguida por millones de espectadores en televisión. Globos gigantes, carrozas, música y espectáculos animan un evento que se ha convertido en un símbolo cultural tanto para estadounidenses como para visitantes.
Más allá de las variaciones regionales, el Día de Acción de Gracias mantiene un significado especial para las familias: un momento de reflexión y agradecimiento por los logros, desafíos superados y la compañía de los seres queridos. Pese a las diferencias políticas y sociales que marcan el clima nacional, la festividad continúa siendo uno de los pocos rituales compartidos por la mayoría de los hogares estadounidenses.
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