La muerte de la niña Sheila Sinai Escobar Puente, de apenas un año, ha generado conmoción en la provincia de Santiago de Cuba, luego de que sus familiares denunciaran una presunta negligencia médica ocurrida en el Hospital Pediátrico Juan de la Cruz Martínez Maceira, conocido como La ONDI. La menor falleció este lunes 17 de noviembre, tras varios días en estado crítico, según confirmaron sus familiares a través de redes sociales.
La noticia se difundió rápidamente después de que su tía, Lismay Arianna Puente, compartiera un mensaje de despedida que movilizó a cientos de usuarios. La familia expresó su dolor por la pérdida y pidió que se investiguen los hechos para esclarecer las circunstancias que rodearon el ingreso, tratamiento y posterior fallecimiento de la niña.
El abuelo materno, Ricardo Puente Rizo, cuestionó públicamente las decisiones clínicas tomadas durante la atención inicial. En su mensaje, planteó dudas sobre la administración de dextrosa al 30% en lugar de solución salina, interrogándose si esa decisión pudo haber influido en que la menor evolucionara hacia una cetoacidosis diabética severa, con una glicemia reportada de 34 mmol/L.
De acuerdo con el relato familiar, la niña ingresó con signos compatibles con deshidratación —fiebre, vómitos y diarrea—. Durante la atención inicial se le aplicó un suero glucosado de alta concentración y posteriormente fue enviada a su hogar. Horas más tarde, comenzó a convulsionar, presentó fiebre elevada y fue trasladada de urgencia a terapia intensiva. Allí se diagnosticó debut de diabetes tipo 1, daño orgánico múltiple y una descompensación extrema que requirió maniobras prolongadas de reanimación.
El tío de la menor, Richard Puente Barreiro, residente en el extranjero, fue uno de los primeros en solicitar formalmente una investigación. La familia presentó una queja ante la dirección del hospital y ha pedido que se revisen los protocolos aplicados durante la atención, se esclarezcan los hechos y se actúe con plena transparencia.
El periodista Yosmany Mayeta Labrada, quien ha seguido el caso de cerca, señaló que el entorno familiar reclama acompañamiento humano y una evaluación profesional detallada para comprender cómo evolucionó el cuadro clínico de la niña y por qué no logró sobrevivir pese a los esfuerzos de las últimas horas.
El caso ha causado un impacto notable, en parte porque se suma a otras denuncias recientes sobre dificultades en la atención médica en el país, incluyendo demoras, errores diagnósticos y limitaciones derivadas de la falta de insumos, según testimonios compartidos por usuarios en redes. Para muchos, la muerte de Sheila constituye un llamado a revisar procedimientos y fortalecer las medidas preventivas.
“Sheila no tuvo oportunidad de crecer, pero su historia deja un mensaje profundo sobre la importancia de la vigilancia, la comunicación con las familias y la responsabilidad profesional”, expresó Mayeta Labrada en una publicación de despedida.
La familia insiste en que se llegue a una conclusión clara para evitar que hechos similares se repitan.
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