Las autoridades sanitarias de Cuba reconocieron que la situación epidemiológica del país “es algo compleja, pero se está manejando”, según declaraciones del Dr. Francisco Durán, director nacional de Epidemiología. Sin embargo, numerosos reportes desde distintas provincias indican un incremento alarmante de enfermedades infecciosas y un sistema de salud que atraviesa una de sus etapas más críticas.
En la región oriental, particularmente afectada por el paso del huracán Melissa, se han multiplicado los casos de dengue, hepatitis, chikungunya y oropouche, enfermedades transmitidas por vectores que prosperan ante la falta de saneamiento, la escasez de agua potable y los desechos acumulados. Médicos y trabajadores del sector describen hospitales sobrecargados, con limitaciones en insumos básicos y medicamentos esenciales.
Aunque el Ministerio de Salud Pública no ha ofrecido cifras oficiales actualizadas, fuentes locales advierten sobre un aumento considerable de fallecimientos asociados a cuadros febriles y respiratorios no identificados. En algunos municipios del oriente del país, comunidades enteras permanecen aisladas por el deterioro de las vías tras el ciclón, dificultando el acceso a atención médica.
Mientras tanto, el primer ministro Manuel Marrero Cruz continúa impulsando acuerdos de cooperación médica en el extranjero, una política que ha generado debate entre especialistas, quienes consideran que la prioridad debería centrarse en reforzar el sistema nacional de salud ante la emergencia interna.
Expertos consultados apuntan que el país necesita con urgencia medidas coordinadas de prevención epidemiológica, suministro de medicamentos y apoyo internacional, para contener lo que ya muchos describen como una crisis sanitaria sin precedentes.
Fuente: recopilación de reportes locales y declaraciones del MINSAP
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