El Gobierno de Estados Unidos expresó su preocupación por el estado de salud y las condiciones de encarcelamiento de José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU).
Un portavoz del Departamento de Estado calificó como “inhumanas” las condiciones en las que se encuentra el opositor y denunció que ha sido objeto de aislamiento prolongado, golpizas y falta de atención médica adecuada. Según la declaración, estas acciones constituirían una forma de trato cruel que “busca quebrar su voluntad, pero no ha logrado silenciarlo”.
Washington reiteró su llamado a la liberación de todos los presos por motivos políticos y afirmó que el caso de Ferrer “no debe ser utilizado como moneda de negociación”. En el mismo pronunciamiento, el Departamento de Estado sostuvo que la crisis económica y social que atraviesa Cuba responde a “decisiones internas del propio gobierno” y no exclusivamente a las sanciones externas.
Por su parte, la familia de Ferrer ha reportado un deterioro progresivo de su salud y dificultades para acceder a información sobre su estado físico y condiciones de vida. Organizaciones internacionales de derechos humanos, como Amnistía Internacional, han pedido en reiteradas ocasiones que se permita la verificación independiente de su situación penitenciaria.
Hasta el momento, las autoridades cubanas no han emitido una declaración oficial en respuesta a las recientes acusaciones.
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