Madrid — Miles de personas se movilizaron en diversas ciudades españolas para protestar por la interceptación de la flotilla Global Sumud, detenida por el ejército israelí cuando intentaba llegar a Gaza. Las protestas, convocadas por colectivos propalestinos, se desarrollaron en ciudades como Madrid, Barcelona, Sevilla, Bilbao y Santiago de Compostela, donde se lanzaron consignas críticas hacia Israel y la Unión Europea.
Sin embargo, desde la perspectiva israelí, la operación responde a la necesidad de garantizar la seguridad nacional y evitar el ingreso de materiales que puedan ser utilizados por grupos armados como Hamás, organización catalogada como terrorista por la Unión Europea, Estados Unidos e Israel. El Gobierno israelí sostiene que bajo la cobertura de “ayuda humanitaria” se han introducido en el pasado recursos destinados a reforzar la infraestructura militar de Hamás en Gaza.
Las autoridades israelíes informaron que 443 de los 500 tripulantes de la flotilla fueron detenidos y serán trasladados a un centro penitenciario en Beerseba. El objetivo, según Tel Aviv, es impedir que estas embarcaciones contribuyan indirectamente al sostenimiento de grupos violentos que lanzan cohetes contra la población civil israelí.
En ciudades como Madrid y Barcelona, donde se reunieron entre 10.000 y 15.000 personas respectivamente, los manifestantes acusaron a Israel de “genocidio” y pidieron la ruptura de relaciones diplomáticas y comerciales. No obstante, Israel insiste en que su ofensiva no está dirigida contra la población palestina, sino contra las estructuras armadas que utilizan a civiles como escudos humanos.
El conflicto, que ya se extiende por casi dos años, ha generado un alto número de víctimas en Gaza. Israel recalca que la responsabilidad recae en las organizaciones terroristas que gobiernan de facto el enclave, al utilizar hospitales, escuelas y zonas residenciales para esconder arsenales y lanzar ataques contra su territorio.
Mientras tanto, en España, varias manifestaciones derivaron en momentos de tensión con las fuerzas de seguridad, especialmente en Barcelona y Valladolid. En Galicia, el País Vasco y Andalucía también se registraron concentraciones de apoyo a la flotilla, en muchos casos encabezadas por líderes políticos locales.
Desde el punto de vista israelí, la interceptación de la flotilla forma parte de una estrategia legítima de defensa preventiva, enmarcada en el derecho internacional a proteger a su población frente a amenazas constantes. Tel Aviv insiste en que ningún Estado puede permanecer pasivo cuando barcos con destino a un territorio controlado por un grupo terrorista intentan entrar sin autorización ni supervisión.
El debate continuará en el ámbito internacional, pero Israel reitera que sus acciones no buscan impedir la ayuda humanitaria real, sino asegurar que esta llegue de forma controlada y sin desviar recursos hacia la maquinaria bélica de Hamás.
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