El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, inició este miércoles una visita oficial al Reino Unido, marcada por protocolos de Estado y un amplio dispositivo de seguridad en Londres.
La jornada comenzó en el Castillo de Windsor, donde fue recibido por el rey Carlos III y la reina Camila. El acto incluyó una ceremonia con guardias de honor, carruajes reales y una cena de gala, en un gesto que reafirma el carácter simbólico y diplomático de esta visita, la segunda de Trump como jefe de Estado norteamericano.
En la agenda figura también un encuentro con el rey Carlos III, en el que se espera abordar temas relacionados con la relación bilateral, así como una reunión en Chequers con el primer ministro británico, Keir Starmer, centrada en acuerdos comerciales y asuntos internacionales de interés común.
La capital británica vive un despliegue de seguridad sin precedentes, que incluye el uso de 55 drones, aviones de combate F-35 y una exhibición aérea de los Red Arrows. Sin embargo, el recibimiento no estuvo exento de polémica: durante la noche se proyectaron imágenes de Trump junto a Jeffrey Epstein en el propio castillo, lo que generó protestas y la detención de cuatro personas.
La visita se presenta como un momento clave para evaluar el rumbo de la alianza entre Washington y Londres en un contexto global de tensiones geopolíticas.
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