En una escalada sin precedentes, la Franja de Gaza sufre bajo el peso de una devastadora ofensiva militar israelí que ha resultado en más de 38,300 muertes y aproximadamente 88,300 heridos hasta la fecha, según informan autoridades locales controladas por Hamás. Este conflicto, que se intensificó tras los ataques coordinados por el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y otras facciones palestinas el 7 de octubre, ha desencadenado una de las peores crisis humanitarias en la región en décadas.
El Ministerio de Sanidad de Gaza, a través de un comunicado publicado en Facebook, ha reportado que «el balance de la agresión israelí ha ascendido a 38,345 mártires y 88,295 heridos.» El ministerio también ha acusado a las fuerzas israelíes de cometer dos masacres en las últimas 24 horas, que han resultado en la muerte de 50 personas y heridas a otras 54. Según las declaraciones, muchas víctimas permanecen bajo los escombros o dispersas en carreteras, inaccesibles para los servicios de emergencia debido a los continuos ataques y bloqueos.
Se estima que alrededor de 10,000 personas se encuentran desaparecidas en Gaza, lo que podría indicar que la cifra actual de fallecidos puede ser significativamente más alta. La crisis es agravada por la dificultad de los equipos de ambulancias y defensa civil para alcanzar y rescatar a las víctimas debido a la destrucción de infraestructura y las constantes hostilidades.
La ofensiva israelí, justificada por su gobierno como una respuesta a los mortales ataques de octubre que dejaron un saldo de unos 1,200 israelíes muertos y cerca de 240 secuestrados, se ha extendido también a acciones violentas en Cisjordania y Jerusalén Este. Más de 560 palestinos han perdido la vida en estas regiones, víctimas de operaciones militares israelíes y ataques perpetrados por colonos.
El impacto de la guerra ha trascendido las fronteras de Gaza, afectando las dinámicas políticas internacionales y provocando un llamado urgente a la intervención y mediación de la comunidad internacional para prevenir más pérdidas de vidas. La situación en Gaza permanece volátil, con reportes diarios de escalada en los enfrentamientos y un deterioro continuo de las condiciones humanitarias en el enclave sitiado.
