España afronta un verano especialmente difícil en materia medioambiental. Según datos del Sistema Europeo de Información sobre Incendios Forestales (EFFIS), hasta este 1 de agosto ya se han calcinado más de 43.000 hectáreas, cifra superior a las 29.800 comunicadas por el Ministerio para la Transición Ecológica (Miteco) hasta el 20 de julio.
La situación se agravó especialmente durante julio, que cierra como el mes con mayor número de incendios desde marzo de 2023, con 26.330 hectáreas quemadas, muy por encima de los registros históricos habituales para este periodo del año.
Entre las provincias más afectadas destaca Cáceres, con alrededor de 6.900 hectáreas, seguida por Lleida, que ha perdido unas 6.100 hectáreas por el fuego. Ambas cifras exceden con creces lo esperado en esta época del año.
El incendio de Torrefeta i Florejacs, en Lleida, ocurrido a principios de julio, se mantiene como el más devastador del año, con más de 5.200 hectáreas arrasadas y dos víctimas mortales. Le sigue el fuego declarado en Toledo, que afectó a los municipios de Méntrida, Navalcarnero y Valmojado, donde se perdieron más de 3.200 hectáreas.
Otros incendios relevantes incluyen:
- Paüls (Tarragona): un fallecido y cientos de hectáreas afectadas.
- Castilblanco (Badajoz): más de 2.400 hectáreas quemadas.
- Navaluenga (Ávila): 1.600 hectáreas calcinadas.
- Trujillo (Cáceres): unas 800 hectáreas perdidas.
- Selaya (Cantabria), en febrero: cerca de 1.400 hectáreas.
- Benahadux (Almería), en mayo: 1.300 hectáreas.
- Burguillos (Sevilla), en junio: más de 1.300 hectáreas.
- Alcollarín y Cáceres capital (Extremadura): entre 700 y 900 hectáreas cada uno.

A estas alturas de 2025, España ya ha superado el área total quemada en 2024, que cerró con unas 47.000 hectáreas, y que a su vez ya representaba una mejora respecto a los años anteriores. De acuerdo con los registros, este año ya se han contabilizado al menos 15 grandes incendios, es decir, aquellos que superan las 500 hectáreas, una categoría en la que se han registrado más de 290 fuegos desde el año 2000.
En el conjunto de la Unión Europea, la situación también es preocupante. Ya se han quemado 345.500 hectáreas, con Eslovaquia y Chipre registrando cifras muy por encima de su media histórica para esta época del año. Solo en junio, Europa contabilizó 208.700 hectáreas arrasadas por las llamas, un 110% por encima de lo habitual.
Mientras en 2022 España fue el país más afectado, en 2023 los mayores estragos los sufrieron Grecia e Italia, con más de 175.000 y casi 100.000 hectáreas, respectivamente.
Ante este escenario, el Miteco insiste en medidas básicas de prevención, como no arrojar colillas ni fósforos, evitar el uso de maquinaria en época de riesgo, respetar las restricciones de acceso a zonas forestales y avisar inmediatamente al 112 ante cualquier foco. La coordinación con los servicios de emergencia y el cumplimiento de las normativas es vital para contener una temporada que ya se perfila como una de las más difíciles de la última década.
Los datos del presente informe se basan en el cruce de estadísticas de EFFIS, FIRMS de la NASA, y el propio Miteco, con mapas de calor y detección satelital que identifican posibles focos activos. Este seguimiento se actualiza a diario y permite obtener una visión detallada por provincias y regiones, con estimaciones de entre 24 y 48 horas de antigüedad.
La información del año en curso también se complementa con los partes oficiales de la Subdirección General de Política Forestal y las previsiones de riesgo de incendios de AEMET.
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