La frontera entre Tailandia y Camboya ha vuelto a convertirse en escenario de violencia tras un intercambio de ataques que ha dejado, según las autoridades tailandesas, al menos 11 muertos y más de una decena de heridos. El episodio más grave ocurrió cuando un cohete lanzado desde territorio camboyano impactó en una gasolinera en la provincia tailandesa de Sisaket, matando a seis civiles. Imágenes verificadas muestran los destrozos en una tienda Seven Eleven, donde se vivieron escenas de caos y pánico.
El gobierno camboyano, por su parte, acusa a Tailandia de haber bombardeado previamente su territorio con aviones de combate F-16, en una escalada militar que revive una disputa fronteriza de larga data entre ambos países del sudeste asiático.
Un conflicto fronterizo de fondo histórico
La zona en disputa se ubica en el llamado Triángulo Esmeralda, una región donde confluyen las fronteras de Tailandia, Camboya y Laos, y que ha sido foco de tensiones periódicas durante décadas. Las líneas fronterizas fueron trazadas en la época colonial francesa, pero nunca fueron completamente demarcadas, lo que ha alimentado conflictos, especialmente en torno a sitios históricos como el templo de Preah Vihear, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
En mayo pasado, un enfrentamiento entre tropas en ese sector dejó un soldado camboyano muerto. Desde entonces, las relaciones se han deteriorado notablemente.
Minas terrestres y escalada militar
Los últimos enfrentamientos se intensificaron después de que dos soldados tailandeses perdieran extremidades a causa de explosiones de minas terrestres en un lapso de pocos días, el 16 y 23 de julio. Estos incidentes provocaron una respuesta militar inmediata por parte de Tailandia, incluyendo el despliegue de cazas y ataques selectivos en zonas de frontera.
Mientras tanto, Camboya ha movilizado artillería pesada, incluyendo lanzacohetes múltiples BM-21, y ha acusado a Tailandia de provocar la escalada. Ambos gobiernos se acusan mutuamente de actuar en defensa propia.
Repercusiones diplomáticas y comerciales
El conflicto ha tenido consecuencias más allá del plano militar. Tailandia ha reforzado los puestos de control, restringido los cruces fronterizos y amenazado con cortar el suministro eléctrico e internet a localidades camboyanas cercanas. En respuesta, Camboya suspendió las importaciones de productos tailandeses como frutas y verduras, además de prohibir la emisión de contenido cultural tailandés en su territorio.
Ambos países han retirado parte de su personal diplomático, un gesto que indica el rápido deterioro de las relaciones bilaterales.
Crisis política interna en Tailandia
A nivel interno, el conflicto ha desencadenado una crisis política en Bangkok. La primera ministra tailandesa Paetongtarn Shinawatra fue suspendida de sus funciones tras la filtración de una llamada telefónica con el exlíder camboyano Hun Sen, en la que aparentemente cuestionaba la actuación de su propio Ejército. La conversación ha puesto en evidencia tensiones entre el gobierno civil y el alto mando militar tailandés.
Shinawatra, de 38 años, es la figura más joven en ocupar el cargo de primera ministra en la historia del país y pertenece a una influyente familia política. Su posible destitución agrava la incertidumbre política en una nación marcada por frecuentes cambios de gobierno y ciclos de inestabilidad institucional.
Perspectivas
Aunque ambos gobiernos han expresado públicamente su intención de evitar una guerra abierta, la concentración de tropas, los ataques cruzados y la paralización de los canales diplomáticos dibujan un escenario frágil, con riesgos crecientes de una escalada regional.
CubaHerald continuará monitoreando el desarrollo de esta crisis fronteriza.
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