En un suceso que remueve la estructura histórica y urbana de La Habana, la Casa de Luz Godínez de Diago, un inmueble emblemático del siglo XIX situado en la Calzada del Cerro, enfrentó el miércoles un derrumbe significativo de su fachada y techo. Este edificio, registrado con el número 1360 y conocido por su valor arquitectónico y social, ha sucumbido parcialmente bajo el peso del tiempo y la falta de mantenimiento, causando preocupación y alivio simultáneo entre los vecinos.
La vecindad expresó un sentimiento de respiro, ya que temían una tragedia debido al conocido riesgo de colapso que presentaba el edificio. «Desde ayer notamos caída de pequeñas partículas y poco después, el estruendo», comentó una vecina, testigo del gradual deterioro del lugar que una vez albergó a distinguidas familias de la aristocracia de La Habana.
En respuesta al colapso, un equipo de demolición se activó rápidamente, cortando el suministro eléctrico en la zona para proceder con seguridad. Estos trabajos, que tuvieron lugar en una tarde amenazada por lluvias intensas, atrajeron la atención de residentes y transeúntes, quienes observaron cómo los restos del inmueble obstruían parcialmente la calzada que conduce a puntos neurálgicos de la ciudad.
La casona, pese a su estado deplorable, todavía conserva vestigios de su antigua grandeza, con columnas estilizadas y arcos de inspiración mudéjar. Sin embargo, la situación ha causado inconvenientes significativos, como la interrupción del servicio eléctrico, afectando especialmente a los residentes de la barriada que ya enfrentaban problemas con el suministro de agua.
El derrumbe no solo ha impactado a los residentes cercanos sino que ha forzado a desviar el tráfico en una de las arterias más importantes de la capital, complicando aún más la circulación en áreas ya deterioradas. La Calzada del Cerro, ruta esencial para el transporte público y privado, se ve así reducida en su capacidad, poniendo en evidencia la urgencia de atención y recursos para preservar la infraestructura y seguridad en la zona.
Este evento se suma a una serie de colapsos recientes en la ciudad, exacerbados por las intensas lluvias de la última semana, que han resultado en múltiples derrumbes y un saldo trágico de víctimas. Este patrón resalta la crítica necesidad de gestiones preventivas y de restauración en La Habana, donde el patrimonio arquitectónico y la seguridad ciudadana están en juego.