Un nuevo derrumbe sacudió la ciudad de Colón en la tarde de ayer, sumándose a la creciente lista de incidentes similares que han asolado la isla en los últimos tiempos. El edificio conocido como «El Confite», ubicado en la intersección de las calles Martí y Gonzalo de Quesada, se desplomó alrededor de las 2 de la tarde, afortunadamente sin causar víctimas mortales.
El inmueble, que anteriormente funcionaba como taller de artes plásticas y cafetería perteneciente a la Empresa de Comercio y Gastronomía, llevaba tiempo deshabilitado debido a su precario estado constructivo, agravado por las recientes lluvias. El derrumbe afectó principalmente el nivel superior de la edificación.
Al lugar acudieron rápidamente los bomberos del Comando de Colón, junto con las autoridades del Partido y el Gobierno,para evaluar la situación y tomar las medidas necesarias. Las labores de demolición de las estructuras restantes y la limpieza de los escombros se iniciaron de inmediato, con el objetivo de eliminar cualquier peligro potencial para la seguridad pública.
Crisis de infraestructura en Cuba
Este nuevo derrumbe en Colón pone de manifiesto la preocupante crisis de infraestructura que atraviesa Cuba. En los últimos días, se han reportado varios incidentes similares en diferentes partes del país, lo que ha generado alarma entre la población y ha llevado a cuestionar la seguridad de los edificios y la capacidad de las autoridades para abordar el problema.
Entre los derrumbes más recientes se encuentran:
- Habana Vieja: El colapso de un balcón en un edificio residencial causó la muerte de tres personas y dejó varios heridos.
- Centro Habana: Un edificio de viviendas se derrumbó parcialmente, dejando a varias familias sin hogar.
- Santiago de Cuba: Un antiguo almacén se vino abajo, afortunadamente sin causar víctimas.
Estos incidentes, sumados al de Colón, evidencian la necesidad urgente de tomar medidas para abordar la crisis de infraestructura en Cuba. La falta de mantenimiento, la antigüedad de los edificios y la escasez de recursos son algunos de los factores que contribuyen a esta problemática.
Las autoridades han anunciado planes para llevar a cabo inspecciones en todo el país y tomar medidas para garantizar la seguridad de los edificios. Sin embargo, la magnitud del problema y la falta de recursos plantean un desafío significativo.
Mientras tanto, la población cubana sigue viviendo con el temor de que sus hogares o lugares de trabajo puedan ser los próximos en colapsar. La crisis de los derrumbes se ha convertido en una de las principales preocupaciones de los cubanos, y la solución parece aún lejana.