La Franja de Gaza continúa sumida en una grave crisis humanitaria. Mientras las acciones militares se intensifican en el sur y el centro, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) advierte sobre la imposibilidad de distribuir la ayuda alimentaria necesaria debido al entorno hostil. La situación empeora a medida que el hambre, la sed y las enfermedades afectan a la población civil.
Carl Skau, director ejecutivo adjunto del PMA, describió la devastación tras una visita de dos días a Gaza. «La destrucción es increíble. En el norte de Gaza no vi un solo edificio intacto y había bombardeos constantes con aviones no tripulados», comentó Skau. Según él, la anarquía y el conflicto activo en la región dificultan severamente las entregas de ayuda desde el paso fronterizo de Karam Abu Salem/Kerem Shalom.
La persistencia de un entorno operativo hostil, donde el personal humanitario enfrenta largas esperas en los puestos de control y la amenaza de misiles y saqueos, agrava la situación. «Cada vez es más difícil hacer nuestro trabajo», afirmó Skau, añadiendo que la falta de seguridad y el caos prevalecen en la zona.
Desde el inicio de las operaciones militares israelíes en Gaza, más de 37,200 palestinos han muerto y cerca de 85,000 han resultado heridos. La Comisión Internacional Independiente de Investigación de la ONU sobre el Territorio Palestino Ocupado e Israel concluyó que Israel ha cometido crímenes de lesa humanidad, usando el hambre como método de guerra e infligiendo un castigo colectivo a la población de Gaza.
El PMA expresó su temor de que el sur de la Franja de Gaza pronto enfrente niveles catastróficos de hambre similares a los del norte. «La situación en el sur de Gaza se está deteriorando rápidamente. Un millón de personas han sido expulsadas de Ráfah y están atrapadas en una zona muy congestionada a lo largo de la playa bajo el calor del verano», dijo Skau.
En el norte, la asistencia ha mejorado gracias a los suministros entregados a través del cruce de Erez occidental. Sin embargo, es esencial mantener y ampliar esta ayuda para garantizar el suministro de alimentos frescos y otros recursos básicos como agua potable, atención sanitaria y combustible para las panaderías.
«La ayuda de emergencia sigue siendo fundamental, pero también tenemos que empezar a infundir algo de esperanza, apoyando a panaderías y mercados, e ir más allá de cubrir las necesidades alimentarias para la supervivencia», agregó Skau.
Hambre, sed y enfermedades
La Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha destacado las graves condiciones que enfrentan las familias desplazadas en Gaza. Evaluaciones recientes en Deir al Balah revelan refugios abarrotados sin infraestructuras sanitarias adecuadas, distribución irregular de alimentos y problemas de salud como hepatitis A y enfermedades respiratorias. El acceso al agua es extremadamente limitado, con una disponibilidad promedio de solo 0.7 litros por día, muy por debajo del requisito mínimo de supervivencia de tres litros diarios.
Daños graves en infraestructuras de agua y saneamiento
Las infraestructuras críticas de agua y saneamiento en Gaza siguen sufriendo daños considerables debido a las operaciones militares. En los últimos ocho meses, más de dos tercios de estas instalaciones han sido destruidas o dañadas. La falta de seguridad, los impedimentos de acceso y la falta de energía para operar los generadores agravan la crisis.
Niños sin asistencia médica
La ONU subraya la necesidad de facilitar plenamente las operaciones humanitarias en Gaza. James Elder, portavoz de Unicef, informó que un camión con medicinas y suministros para 10,000 niños fue devuelto después de ser retenido en los puestos de control durante ocho horas. La Agencia para los Refugiados Palestinos (UNRWA) también destacó las restricciones al acceso humanitario, indicando que más de 3,000 permisos para que niños palestinos recibieran tratamiento médico fueron denegados o retrasados en 2023.
La situación en Gaza es crítica, y la comunidad internacional debe intensificar sus esfuerzos para garantizar la asistencia humanitaria y aliviar el sufrimiento de la población civil atrapada en el conflicto.