El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, arribó este domingo a la ciudad brasileña de Río de Janeiro para participar en la XVII Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno del grupo BRICS, donde Cuba asiste por primera vez en calidad de país asociado. Su presencia, sin embargo, coincide con un clima de creciente descontento interno, mientras la isla atraviesa una de las crisis económicas y sociales más severas de las últimas décadas.
Díaz-Canel fue recibido en medio de un acto simbólico con alrededor de 300 brasileños vinculados a movimientos de solidaridad con Cuba, un gesto que la presidencia cubana ha calificado como «imprescindible». No obstante, dentro del territorio nacional, muchos cubanos reaccionan con escepticismo e indignación ante lo que perciben como un viaje diplomático desconectado de la dura realidad que se vive en la isla.
En Cuba, los apagones prolongados, la escasez de alimentos, medicamentos, agua potable, y la parálisis del transporte público configuran un escenario crítico que ha dejado a la población en un estado de agotamiento y frustración generalizada. Para amplios sectores de la ciudadanía, las reuniones y discursos en foros internacionales no ofrecen respuesta concreta a los problemas urgentes del día a día.
“El pueblo no necesita más pronunciamientos en cumbres, necesita soluciones reales”, se lee en varios comentarios compartidos en redes sociales por cubanos que critican el elevado gasto que implican estas giras presidenciales, en contraste con la precariedad nacional. Otros han señalado que el Gobierno insiste en proyectar una imagen de influencia internacional mientras pierde legitimidad interna.
En el contexto de la cumbre, que se celebra bajo el lema «Fortaleciendo la cooperación en el Sur Global para una gobernanza más inclusiva y sostenible», Díaz-Canel sostuvo un encuentro con el alcalde del municipio brasileño de Maricá, Washington Quaquá, con quien abordó temas de interés bilateral como biotecnología, salud, industria farmacéutica y soberanía alimentaria. También hizo referencia a la colaboración en áreas culturales, académicas y científicas.
Cuba fue aceptada como país asociado al BRICS en octubre de 2024 durante la cumbre realizada en Kazán, Rusia, un estatus que se oficializó en 2025. Junto a otros ocho países (como Bolivia, Nigeria o Malasia), forma parte del grupo ampliado de naciones que participan en el foro como asociadas, aunque sin los mismos derechos que los miembros plenos.
Esta es la segunda ocasión en que Díaz-Canel participa en una cumbre de los BRICS. La primera fue en 2023, en Johannesburgo, entonces como presidente del Grupo de los 77 + China. En esta edición, además de los países fundadores y los nuevos miembros (como Irán, Etiopía y Emiratos Árabes Unidos), Brasil ha extendido invitaciones a varios presidentes de América Latina, incluidos los de México, Colombia, Uruguay y Chile.
Mientras tanto, en Cuba, el tiempo sigue corriendo sin respuestas tangibles. Las promesas de cooperación y los acuerdos estratégicos aún no se traducen en alivios concretos para una población que, tras años de penurias, ya no quiere discursos: exige resultados.
#CumbreBRICS #DíazCanel #RíoDeJaneiro #CrisisEnCuba #Cuba2025 #PolíticaExterior #SolidaridadInternacional #GobernanzaGlobal #PuebloCubano #ReformasYA