La noche del jueves se vivió una jornada de alta tensión en la ciudad catalana de Sabadell, Barcelona, luego de que un numeroso grupo de vecinos protagonizara enfrentamientos con presuntos ocupantes ilegales, en su mayoría de origen magrebí, a quienes acusan de una ola de robos, acoso y agresiones que, según denuncian, ha venido afectando al barrio desde hace semanas.
De acuerdo con medios locales y numerosos testimonios en redes sociales, los incidentes comenzaron cuando un centenar de residentes decidió organizarse para «recuperar el control de sus calles» ante lo que consideran una falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades. La concentración vecinal derivó en enfrentamientos directos con los ocupantes, lo que resultó en varios heridos, algunos de ellos por arma blanca.
Los hechos habrían tenido lugar tras múltiples denuncias de agresiones físicas y sexuales atribuidas a personas que habitan inmuebles tomados ilegalmente, lo que ha elevado la preocupación por la seguridad y el orden público en la zona.
Aunque aún no se han confirmado cifras oficiales de detenidos ni un parte médico detallado sobre los heridos, fuerzas policiales autonómicas y locales intervinieron para intentar restablecer la calma. Videos difundidos en redes muestran contenedores volcados, gritos de tensión y presencia de patrullas antidisturbios.
Los residentes aseguran que llevan meses alertando sobre la situación y que la respuesta institucional ha sido insuficiente. El Ayuntamiento de Sabadell aún no ha emitido una declaración formal, aunque se espera que la Generalitat de Catalunya se pronuncie ante la escalada de violencia.
El suceso ha reavivado el debate público en España sobre la gestión de la inmigración irregular, la ocupación de viviendas, y la eficacia de las políticas de seguridad en entornos urbanos. También ha generado posturas encontradas en redes sociales, donde algunos usuarios respaldan la acción vecinal, mientras otros advierten sobre el riesgo de caer en actos de justicia por mano propia o en discursos xenófobos.
Este tipo de incidentes subraya la necesidad de abordar la compleja realidad de la convivencia social en algunos barrios del país, así como la urgencia de una respuesta institucional más coordinada para prevenir que la desconfianza ciudadana se traduzca en violencia callejera.
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