Un enfrentamiento físico entre jugadores de los equipos de Sancti Spíritus y Ciego de Ávila dejó atónitos a los asistentes a un partido de la Serie Nacional de Béisbol Sub-23, celebrado este sábado en el estadio José Antonio Huelga, al centro de Cuba.
La pelea se desató durante la parte baja del sexto inning, en un momento en que el encuentro transcurría con normalidad. Según muestran videos que circulan en redes sociales, varios peloteros de ambos conjuntos participaron en la riña, mientras otros intentaban contener la situación. La escena generó gran confusión entre los espectadores presentes en las gradas.
Como resultado del incidente, al menos diez jugadores fueron expulsados, cinco por cada equipo, y el partido, que finalizó con victoria para el conjunto espirituano por marcador de 6 a 4, quedó marcado por la violencia dentro del terreno.
Aunque no se han ofrecido explicaciones oficiales sobre el origen del altercado, comentarios surgidos tras el juego apuntan a una posible falta de control por parte de los árbitros y responsables técnicos, cuyas decisiones previas habrían contribuido a encender los ánimos.
Desde el sector deportivo se ha recordado que este tipo de incidentes son especialmente preocupantes en categorías juveniles, donde debe prevalecer la formación ética y la disciplina. La violencia en el deporte, especialmente en espacios educativos y de desarrollo, ha sido objeto de críticas en ocasiones anteriores.
De hecho, no es la primera vez que un juego de la Serie Nacional Sub-23 termina en enfrentamientos físicos. El año pasado, un juego disputado en Cienfuegos también terminó en escándalo tras una jugada polémica que desembocó en agresiones verbales y físicas.
Las autoridades deportivas aún no han comunicado si aplicarán sanciones adicionales tras lo ocurrido en Sancti Spíritus.
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