Según un artículo de The Intercept, medio con el cual colaboramos, hace dos meses que Osaid Alser no tiene noticias de su primo, Khaled Al Serr, un cirujano que trabajaba en el Hospital Nasser en la ciudad de Khan Younis, en el sur de la Franja de Gaza.
Antes de finales de marzo, Osaid, que es residente de cirugía en Estados Unidos, mantenía contacto regular con Al Serr, quien había organizado un grupo de WhatsApp de telemedicina. En este grupo, reclutaron a médicos de Estados Unidos, Reino Unido y Europa para ofrecer asesoramiento a sus colegas en Gaza, quienes enfrentaban una carga de trabajo abrumadora.
Khaled Al Serr, quien se caracterizaba por su disposición a ayudar y su habilidad manual para resolver problemas, fue uno de los médicos que más compartía en el chat. Informaba sobre casos graves como el de una mujer de 70 años con una herida de bala en la cabeza, en un momento en que no había neurocirujanos disponibles.
En febrero, durante un ataque del ejército israelí en el Hospital Nasser, la instalación quedó devastada, representando solo uno de los centros de salud destruidos en un sistema médico golpeado por el elevado número de casos y los constantes ataques militares. Sin embargo, Al Serr mantenía algo de optimismo. Su última publicación en Instagram, de mediados de marzo, mostraba el exterior del hospital con un mensaje esperanzador sobre la recuperación de la electricidad gracias a la reparación de un generador.
El contacto se perdió después de que las fuerzas israelíes volvieran a irrumpir en el hospital el 24 de marzo, lo que marca la última vez que Osaid tuvo noticias de su primo. Los familiares creen que Khaled Al Serr fue detenido junto con otros miembros del reducido personal del hospital.
Desde noviembre, han surgido informes sobre la detención y desaparición de médicos en el norte de Gaza. La Organización Mundial de la Salud informa que al menos 214 trabajadores médicos de Gaza han sido detenidos por el ejército israelí. A principios de mayo, la detención y presunta tortura de personal médico en Gaza cobraron notoriedad cuando las autoridades israelíes anunciaron la muerte de Adnan Al-Bursh, un reconocido cirujano y jefe de ortopedia del Hospital Al-Shifa, quien habría fallecido en abril en la prisión de Ofer, tras ser detenido en diciembre.
Este caso ha levantado serias preocupaciones sobre la posible tortura y exige una investigación internacional independiente, según Tlaleng Mofokeng, relator especial de las Naciones Unidas sobre el derecho a la salud. La muerte y detención de trabajadores sanitarios, recalca, no son métodos legítimos de guerra y subraya el rol esencial y legítimo de estos profesionales en el cuidado de enfermos y heridos en tiempos de conflicto.