El huracán Erick tocó tierra este martes con categoría 3 en la escala Saffir-Simpson, dejando una estela de destrucción a su paso por Santiago Pinotepa Nacional y otras zonas del litoral oaxaqueño. Con vientos sostenidos de más de 205 km/h y oleajes de hasta 10 metros, el fenómeno azotó con fuerza la costa sur del Pacífico mexicano, provocando inundaciones severas, derrumbes, y el colapso de infraestructura clave.
Los daños son visibles en múltiples localidades, donde los techos de viviendas fueron arrancados, postes eléctricos derribados y árboles centenarios caídos por la violencia de los vientos. Además, se reportan familias evacuadas de emergencia, muchas de ellas sin acceso a electricidad ni comunicación desde la madrugada.
Uno de los efectos más críticos de las lluvias intensas ha sido la ocurrencia de deslaves masivos en las principales vías de comunicación del estado, en especial en la ruta que enlaza la Costa con la Sierra Sur. Toneladas de lodo y escombros han bloqueado carreteras, dejando a varias comunidades aisladas y sin acceso a ayuda inmediata. Algunos vehículos fueron arrastrados o quedaron atrapados bajo aludes, lo que ha intensificado la preocupación por la seguridad de los residentes.
Si bien las autoridades han anunciado la activación del Plan DN-III-E, operativo de emergencia aplicado por las Fuerzas Armadas mexicanas, habitantes afectados denuncian una respuesta lenta y fragmentada, en contraste con la urgencia de la situación. En muchos casos, han sido los propios vecinos quienes han comenzado las labores de rescate y limpieza, utilizando palas, sogas y herramientas improvisadas para remover escombros y auxiliar a los atrapados.
La situación revela una fragilidad estructural en las capacidades de atención ante emergencias en regiones históricamente vulnerables como la costa oaxaqueña. Mientras las autoridades federales y estatales emiten comunicados, la población exige acciones concretas, insumos básicos y la llegada efectiva de ayuda humanitaria.
Por el momento, se mantienen activas las alertas por lluvias torrenciales y posibles réplicas de deslaves en zonas de montaña. El Servicio Meteorológico Nacional advirtió que el sistema, aunque se degrada al internarse en tierra, continuará generando condiciones extremas en estados colindantes como Guerrero, Puebla y Veracruz.
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