Un incendio de grandes proporciones en una planta industrial del noreste de España provocó el confinamiento temporal de unas 150.000 personas en varias localidades de Cataluña, tras la emisión de una nube de gases tóxicos derivada de la combustión de cloro almacenado en el lugar.
El siniestro se registró en la madrugada del sábado en la localidad costera de Vilanova i la Geltrú, al suroeste de Barcelona, donde una instalación dedicada al tratamiento de agua y productos de piscina resultó gravemente dañada por el fuego. En su interior, según informes oficiales, se almacenaban unas 70 toneladas de cloro, cuya exposición al calor generó una nube de ácido clorhídrico, con potencial riesgo para la salud humana.
Ante la emergencia química, las autoridades activaron el protocolo de seguridad PLASEQCAT, diseñado para este tipo de incidentes, y se ordenó el confinamiento inmediato de la población en cinco municipios: Vilanova i la Geltrú, Sant Pere de Ribes, Cubelles, Cunit y Calafell. Los residentes fueron instruidos a permanecer en sus viviendas, cerrar puertas y ventanas, y desconectar los sistemas de climatización.
En las labores de extinción y contención participaron más de 60 efectivos del cuerpo de bomberos regional, además de unidades especializadas en gestión de riesgos tecnológicos. Aunque no se registraron víctimas mortales ni intoxicaciones graves, dos personas fueron atendidas por molestias respiratorias de carácter leve.
El episodio también tuvo consecuencias sobre la infraestructura vial y ferroviaria. Varias carreteras de la zona fueron cerradas al tráfico y se suspendieron los servicios de trenes en un tramo clave de la línea que conecta Barcelona con el sur de la comunidad.
Las restricciones impuestas por la emergencia fueron levantadas cerca del mediodía del sábado, una vez que se confirmó que el humo tóxico se había disipado en dirección contraria a las zonas más densamente habitadas. Estudios posteriores sobre la calidad del aire descartaron la presencia de cloro en niveles peligrosos, aunque se mantiene el monitoreo sobre la estructura de la nave siniestrada, que presenta un alto riesgo de colapso.
Este incidente ha generado inquietud en la ciudadanía catalana respecto a la ubicación de instalaciones industriales con sustancias peligrosas en zonas urbanas. También ha reavivado el debate sobre la preparación de las autoridades ante emergencias químicas y la eficiencia en los mecanismos de comunicación de alerta pública.
Las causas del incendio aún están siendo investigadas. Entre las hipótesis que se barajan están posibles fallos en el sistema eléctrico o deficiencias en las medidas de seguridad del almacén.





