Durante la noche del viernes y la madrugada de este sábado, la Empresa de Gas Manufacturado de La Habana ejecutó trabajos de reparación en un tramo averiado de su red, lo que dejó sin servicio de gas a los municipios de Playa y Marianao por al menos seis horas.
La intervención, que tuvo lugar específicamente en la Avenida 51 entre las calles 96 y 100, incluyó la sustitución de una tubería deteriorada, según informó la entidad en una nota oficial. Para realizar estos trabajos fue necesaria la parada total de la planta de producción número 2, desde las 10:00 p.m. del viernes 9 hasta las 4:00 a.m. del sábado 10 de mayo.
La empresa explicó que el objetivo era “garantizar la estabilidad del servicio”, aunque para muchos residentes afectados el anuncio resultó poco convincente. En redes sociales y grupos comunitarios, varios vecinos expresaron su frustración ante lo que consideran una reiteración de interrupciones justificadas bajo argumentos similares. “Dicen que es para mejorar, pero seguimos teniendo cortes cada cierto tiempo”, comentó una usuaria desde el reparto Cubanacán.
A pesar de que la empresa pidió disculpas por las molestias ocasionadas, la sensación general entre los ciudadanos fue de resignación más que de comprensión. Como ha sucedido en ocasiones anteriores, algunos residentes se quejaron de no haber sido informados con suficiente antelación, lo que impidió que muchas familias tomaran previsiones mínimas para la cocción de alimentos u otras necesidades domésticas.
El servicio fue restablecido en las primeras horas de la mañana sin incidentes mayores reportados, pero persiste la incertidumbre sobre la durabilidad de estas reparaciones. En una ciudad donde las redes técnicas muestran signos evidentes de envejecimiento, la población se enfrenta con frecuencia a cortes no programados de electricidad, agua, gas y otros servicios esenciales, agravando la sensación de inestabilidad en la vida cotidiana.
La reparación en la red Playa-Marianao no fue un hecho aislado, sino parte de una problemática más amplia que incluye la falta de inversión sostenida, el retraso tecnológico y la limitada capacidad de respuesta ante emergencias técnicas. Aunque la empresa reafirmó su compromiso con la calidad del servicio, los hechos recientes revelan que garantizar una prestación estable sigue siendo un desafío pendiente.
