Un grupo de siete ciudadanos cubanos, entre ellos un menor de edad, fue liberado en el estado mexicano de Chiapas tras haber sido retenido de manera ilegal por presuntos delincuentes que exigían pagos de hasta 10,000 dólares por su liberación. El rescate se produjo en el municipio de Frontera Hidalgo, próximo a la frontera con Guatemala, una zona que se ha convertido en un corredor crítico y peligroso para la migración irregular hacia Estados Unidos.
La Fiscalía General del Estado de Chiapas, a través de su Fiscalía de Inmigrantes, informó en sus redes sociales que la operación fue posible gracias a labores de inteligencia que permitieron identificar el inmueble donde las víctimas permanecían cautivas. La intervención se enmarca en una investigación abierta por delitos de extorsión y privación ilegal de la libertad.
Según lo comunicado por las autoridades, los migrantes —tres hombres, tres mujeres y un niño— fueron encontrados en una vivienda ubicada a escasos 15 kilómetros del paso fronterizo con Guatemala. Aparentemente, los secuestradores abandonaron el lugar poco antes de la llegada de los agentes, dejando a las víctimas sin vigilancia directa pero visiblemente afectadas.
Las primeras indagaciones indican que los captores se habrían comunicado con familiares de los migrantes en Cuba o en otros países, utilizando números locales para solicitar cuantiosas sumas de dinero bajo amenazas. Esta modalidad delictiva, tristemente recurrente en las rutas migratorias del sur de México, se aprovecha de la desesperación y vulnerabilidad de quienes huyen de sus países en busca de mejores condiciones de vida.
Las personas rescatadas fueron trasladadas a las instalaciones de la fiscalía local, donde recibieron atención médica, psicológica y asesoramiento legal. Sus testimonios están siendo incorporados al expediente del caso, mientras las autoridades desplegaron operativos en la zona para dar con los responsables, quienes hasta el momento permanecen prófugos.
Este caso ilustra de forma cruda los desafíos a los que se enfrentan miles de migrantes en tránsito, especialmente en territorios donde la presencia estatal es débil y las redes criminales operan con amplia libertad. Los migrantes cubanos, junto con ciudadanos de Venezuela, Haití y diversos países centroamericanos, constituyen una parte significativa del flujo humano que atraviesa México con rumbo al norte, y se encuentran frecuentemente en la mira de grupos dedicados a la extorsión, el tráfico y la trata de personas.
Diversas organizaciones defensoras de derechos humanos han advertido reiteradamente sobre la creciente exposición de los migrantes a este tipo de delitos, así como la presunta inacción —e incluso colusión— de ciertos actores institucionales en algunas regiones. Esta situación ha generado una atmósfera de temor que disuade a las víctimas de denunciar, por temor a represalias o deportaciones.
Hasta la fecha, ni el Instituto Nacional de Migración ni otras entidades federales han emitido declaraciones oficiales sobre la situación migratoria de los ciudadanos cubanos rescatados ni sobre su posible integración a programas de protección humanitaria o procesos de repatriación. La evolución del caso dependerá en gran medida del curso que tomen las investigaciones y de la voluntad política para garantizar justicia y protección efectiva a quienes, en su tránsito por México, enfrentan peligros que amenazan no solo su sueño de una vida mejor, sino también su integridad y su vida.
Nota: Con información de #CubitaNow y la Fiscalía Mexicana
