La libra de arroz en Cuba ha alcanzado un precio de hasta 270 pesos en el mercado negro, en un contexto de creciente escasez del producto básico. A pesar de los intentos del gobierno de regular los precios mediante el control de los aglomerados de alimentos, la medida no ha logrado frenar el aumento del costo ni garantizar su disponibilidad.
El tope de precios establecido por las autoridades generó un efecto contrario al esperado: el arroz prácticamente desapareció de los mercados estatales y su precio se disparó en el mercado informal, donde solo se consigue de forma intermitente. Esta situación ha incrementado la preocupación entre los cubanos, para quienes el arroz es un alimento esencial en su dieta diaria.
Los ciudadanos también expresan su inconformidad con la distribución del arroz en las bodegas del sistema de racionamiento, donde aseguran que no llega nada. «Ni siquiera con la libreta se puede conseguir el arroz. Cuando aparece, es muy poco y no alcanza para el mes», comentó una residente de La Habana.
Especialistas señalan que esta crisis en el abastecimiento de arroz se suma a otros desafíos que enfrenta la población cubana, como la inflación, la escasez de alimentos y el incremento de precios de productos básicos. Además, advierten que mientras el gobierno no logre estabilizar los mecanismos de importación y producción local, la escasez continuará presionando a la economía doméstica.
