La Terminal 3 del Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana se encuentra en proceso de remodelación con el objetivo de mejorar la experiencia de los viajeros y reducir los tiempos de espera en la zona de arribos. Entre los cambios anunciados, se incluye la ampliación del área de recepción de pasajeros y la instalación de nuevos equipos tecnológicos.
Según informó la prensa oficial cubana, la ampliación de la sala de arribos permitirá optimizar el flujo de pasajeros, con la meta de reducir los tiempos de espera a menos de 45 minutos, en cumplimiento con estándares internacionales. Aleisky Gaspar, coordinador general del aeropuerto, explicó que las mejoras incluyen la incorporación de tres nuevos equipos de rayos X para agilizar el manejo del equipaje a través de una nueva estera transportadora.
El directivo no especificó la fecha exacta en la que estarán operativas estas nuevas instalaciones, pero indicó que se espera su puesta en marcha una vez que el equipo técnico internacional encargado del proyecto certifique su correcto funcionamiento.
Infraestructura y soluciones ante la crisis energética
Además de la ampliación de la sala de arribos, el aeropuerto está implementando otras mejoras estructurales, como la sustitución de baldosas en la zona de llegadas, una obra que se ejecuta en horario nocturno para no afectar las operaciones diarias. También se han realizado inversiones en la compra de repuestos para las esteras de equipaje, así como en nuevas luminarias exteriores con alimentación solar y lámparas LED para los interiores.
Uno de los principales problemas reportados por los viajeros en el pasado ha sido la falta de climatización en la terminal, especialmente durante los meses de verano. En respuesta a estas quejas, las autoridades aeroportuarias han anunciado la adquisición de nuevos equipos de refrigeración y soluciones alternativas para mejorar las condiciones en la instalación.
Ante la crisis energética que afecta al país, el aeropuerto ha diseñado un plan para garantizar su operatividad mediante una red de grupos electrógenos que cubrirían el 100% de la demanda de electricidad en la terminal. Asimismo, se han destinado recursos para la compra de cuatro nuevas escaleras mecánicas y tres elevadores, dos de los cuales estarán ubicados en el salón de inmigración, mientras que el tercero será de carga y se instalará en la puerta B-15.
Otra de las modificaciones previstas es la reubicación del equipaje expedite o rush, es decir, aquel que llega sin el pasajero. Este proceso se realizará ahora dentro de la misma instalación, con destino final en la sala de objetos perdidos (Lost and Found).
Con estas mejoras, las autoridades buscan optimizar la experiencia de los viajeros que arriban a Cuba y garantizar un funcionamiento más eficiente en una de las terminales aéreas más transitadas del país.