En el municipio de Yara, provincia de Granma, las autoridades detuvieron a un grupo de ciudadanos que transportaban más de 3.000 litros de combustible tipo turbo, utilizado para aeronaves, presuntamente extraído del aeropuerto de Manzanillo. Según reportes, la carga era trasladada en un camión cisterna con el propósito de ser comercializada en el mercado informal.
El tráfico ilegal de combustible ha ganado terreno en Cuba en medio de una profunda crisis energética que ha limitado el acceso a carburantes para sectores clave y la población en general. La escasez ha generado un mercado paralelo donde los precios pueden superar ampliamente los establecidos oficialmente. Esta situación ha llevado a un aumento en el control del transporte y la distribución de combustibles, con operativos de decomiso en distintas regiones del país.
La falta de abastecimiento regular ha afectado tanto el transporte público como el sector productivo, lo que ha generado largas filas en gasolineras y dificultades en la movilidad de la población. En este contexto, la reventa de combustible se ha convertido en una alternativa para muchos, a pesar de los riesgos legales que conlleva.
Las investigaciones continúan para determinar el origen del combustible incautado y las responsabilidades de los detenidos. Mientras tanto, el panorama energético en la isla sigue siendo incierto, con afectaciones recurrentes en el suministro de electricidad y combustible que impactan distintos sectores de la economía y la vida cotidiana.
