El destacado cineasta cubano Jorge Luis Sánchez, conocido por su obra emblemática El Benny y otros filmes que exploraron el alma cultural e histórica de Cuba, falleció este jueves a los 65 años. La noticia fue confirmada por Alexis Triana, presidente del Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), quien explicó que la causa de su muerte fue «una repentina y mortal enfermedad», aunque no ofreció más detalles.
Sánchez, cuya trayectoria marcó profundamente el cine cubano, es recordado no solo por sus películas, sino también por su incansable labor como promotor cultural, ensayista y mentor de nuevas generaciones de cineastas. Entre sus obras destacan Buscando a Casal y Cuba Libre, filmes que reflexionan sobre el contexto socio-cultural cubano, abordando personajes que han sido silenciados o humanizando figuras históricas transformadas en mitos.
Una Vida Dedicada al Cine
Graduado en Pedagogía, Sánchez inició su camino en el mundo del cine como aficionado a los 18 años, convirtiéndose en fundador de la Federación Nacional de Cine Clubes de Cuba. Más tarde, se unió al ICAIC en 1981 como asistente de cámara, avanzando a roles de mayor responsabilidad, como asistente de dirección y organizador del influyente Taller de Cine y Video de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en 1987. Este espacio marcó el inicio de una nueva generación de cineastas cubanos.
A lo largo de su carrera, dirigió documentales notables como Benny Moré, la voz entera del son y Un pedazo de mí. Su capacidad para retratar la esencia cultural y social de Cuba le valió el reconocimiento en festivales tanto nacionales como internacionales.
La productora WajirosFilms expresó su pesar en redes sociales, calificando a Sánchez como “una de nuestras estrellas”, mientras que la Asamblea de Cineastas Cubanos destacó su legado como realizador, activista y defensor de los derechos de los artistas para abordar críticamente la sociedad cubana.
Un Legado Inmortal
Sánchez presidió durante varios años la Muestra Joven ICAIC, antes conocida como Muestra de Nuevos Realizadores, un evento clave para los jóvenes cineastas del país. Además, impartió clases en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños y en el ICAIC, dejando una huella indeleble en la formación de cineastas.
En su trayectoria, Sánchez no estuvo exento de polémicas, pero su papel en movimientos como el Cine Aficionado y la lucha por una Ley de Cine en Cuba consolidó su estatus como una figura fundamental en la historia del cine cubano. Su muerte representa una pérdida irreparable para la cultura nacional.
Los amantes del cine en Cuba y el mundo lo despiden con una ovación que resuena como homenaje a su vida y obra, mientras su legado continúa inspirando a las generaciones venideras.