Calle bulliciosa en ciudad tropical con vehículos y peatones

Apagones y crisis económica asfixian a Pinar del Río, mientras La Habana se mantiene al margen

Mientras los apagones siguen siendo una constante en las zonas rurales de Pinar del Río, la realidad en La Habana parece contrastar notablemente. En la capital, la interrupción del servicio eléctrico es poco frecuente, lo que ha generado una creciente sensación de desigualdad entre los habitantes de ambas provincias.

En Pinar del Río, las comunidades soportan apagones diarios que, en muchos casos, superan las 12 horas. Esto afecta no solo a las familias, sino también a la economía local, dependiente en gran medida de la agricultura y la producción de tabaco, sectores que enfrentan un colapso por la falta de recursos y combustible. “Aquí la electricidad es un lujo, y cuando la tenemos no alcanza para compensar lo que se pierde durante los cortes”, señala un campesino de Viñales.

A esta crisis energética se suma la escasez de productos básicos que golpea duramente a los hogares pinareños. La canasta familiar, que debería garantizar mínimos de alimentación y subsistencia, es prácticamente inexistente. Alimentos como el arroz, los frijoles y el aceite se han convertido en bienes escasos, y los precios desorbitados en el mercado negro los hacen inalcanzables para la mayoría.

La producción agrícola, históricamente una fortaleza de Pinar del Río, atraviesa su peor momento en décadas. La falta de fertilizantes, semillas y combustible ha reducido drásticamente la cosecha, lo que no solo afecta el consumo local, sino que también limita la oferta de productos a nivel nacional. Lo mismo ocurre con el tabaco, uno de los principales motores económicos de la provincia. La producción de este cultivo, clave para la exportación y el prestigio de los puros cubanos, se encuentra en una situación crítica, con muchos campesinos incapaces de cumplir sus metas debido a la falta de insumos básicos.

En contraste, La Habana parece estar al margen de esta realidad. Los apagones son esporádicos, y aunque la inflación y la escasez también afectan a la capital, la disponibilidad de recursos básicos es notablemente superior. Este contraste ha alimentado el malestar entre los habitantes de Pinar del Río, quienes sienten que las políticas gubernamentales priorizan a la capital en detrimento de las provincias.

El futuro se presenta incierto para Pinar del Río, donde la combinación de apagones interminables, una economía en declive y la falta de apoyo estatal está llevando a muchos a cuestionar si podrán superar esta crisis. Las demandas de soluciones urgentes por parte de las autoridades no cesan, pero los resultados aún parecen lejanos, dejando a los pinareños atrapados en un ciclo de penurias y desigualdades crecientes.

Autor

×