La situación del Sistema Eléctrico Nacional (SEN) de Cuba continúa siendo crítica, según la última nota informativa emitida por la Unión Eléctrica (UNE). A pesar de los esfuerzos por mantener el suministro, los apagones y el déficit de generación son una constante que afecta a millones de cubanos en su vida diaria.
El panorama para el 12 de diciembre no es alentador: el déficit de generación previsto para la hora pico es de 1176 MW, lo que resultará en una afectación estimada de 1246 MW, impactando a gran parte del país. Este escenario no solo refleja los problemas técnicos, sino también una falta de planificación e inversión que ha dejado al sistema eléctrico en una situación de vulnerabilidad extrema.
Causas de la crisis
El SEN enfrenta múltiples problemas estructurales que agravan su inestabilidad:
- Averías recurrentes: Actualmente, están fuera de servicio la unidad 6 de la Central Termoeléctrica (CTE) Nuevitas, la unidad 2 de la CTE Felton y la unidad 6 de la CTE Renté, lo que representa una pérdida significativa de capacidad de generación.
- Mantenimiento insuficiente: La unidad 2 de la CTE Santa Cruz, las unidades 3 y 4 de la CTE Cienfuegos y la unidad 5 de la CTE Renté están en mantenimiento, lo que reduce aún más la disponibilidad energética.
- Limitaciones por combustible: 48 centrales de generación distribuida y la patana de Santiago de Cuba están fuera de servicio debido a la falta de combustible, sumando un total de 281 MW indisponibles.
- Sobrecarga en el pico: Aunque se espera la incorporación de dos motores de la patana de Santiago con 25 MW adicionales, la diferencia entre la demanda y la capacidad de generación sigue siendo abismal.
Una carga pesada para la población
Los cubanos enfrentan jornadas marcadas por apagones prolongados, como el de ayer que comenzó a las 05:04 horas y se extendió hasta la medianoche. La demanda supera con creces la capacidad de generación, lo que obliga a la población a lidiar con la falta de electricidad durante las horas de mayor necesidad, afectando actividades cotidianas y la calidad de vida.
La situación también impacta sectores clave como la producción, los servicios médicos y la educación. Sin un suministro eléctrico estable, el desarrollo económico del país se ve severamente comprometido.
¿Falta de recursos o falta de gestión?
Si bien la escasez de recursos y las sanciones externas son factores que complican el panorama energético, la realidad es que la situación del SEN refleja problemas de gestión interna y planificación a largo plazo. La dependencia de un parque energético obsoleto, basado mayoritariamente en termoeléctricas, y la falta de inversión en energías renovables contribuyen a agravar la crisis.
El pueblo cubano, que ha demostrado su capacidad de resistencia en innumerables ocasiones, necesita soluciones reales y sostenibles. La UNE y el gobierno deben priorizar la modernización del sistema eléctrico, diversificar las fuentes de energía y garantizar el suministro de combustible para evitar que esta crisis se prolongue indefinidamente.
Mientras tanto, los cubanos siguen enfrentando días de incertidumbre, calor sofocante y noches a oscuras, esperando un cambio que parece no llegar. La electricidad, lejos de ser un lujo, es una necesidad básica que aún está lejos de estar garantizada en la isla.