La Habana enfrenta graves daños tras el paso del huracán Rafael, que dejó más de 460 derrumbes totales y parciales en la capital cubana. Miles de personas han sido evacuadas y una gran parte de la región occidental del país permanece sin suministro eléctrico.
La gobernadora de La Habana, Yanet Hernández, informó que los daños más visibles incluyen árboles caídos, techos ligeros desprendidos por los fuertes vientos y 495 postes eléctricos derribados. «Restablecer el servicio eléctrico es una tarea difícil, especialmente debido a los tendidos eléctricos caídos», señaló Hernández.
Las labores de recuperación ya están en marcha, centrándose en la recogida de escombros y la reanudación de operaciones en el aeropuerto internacional José Martí y en otras terminales aéreas como la de Varadero, en la provincia de Matanzas.
Impacto en el occidente cubano
Rafael atravesó el oeste de Cuba el miércoles como un huracán de categoría tres, con vientos máximos sostenidos de 185 kilómetros por hora y lluvias que alcanzaron hasta 200 litros por metro cuadrado. El fenómeno natural afectó a más de cuatro millones de personas, incluyendo a más de dos millones de habitantes de La Habana, agravando la ya delicada situación económica y energética del país.
En la provincia de Artemisa, donde el huracán tocó tierra, se reportan 2,825 viviendas afectadas. Las autoridades locales informaron de daños en cultivos de plátano, yuca, frijol y arroz, así como en 40 instituciones educativas que sufrieron deterioro en sus techos.
Mayabeque, otra de las provincias más afectadas, registró 441 viviendas con «daños significativos» y reportó perjuicios en el sector agrícola similares a los de Artemisa. Hasta el momento, no se han reportado fallecidos en ninguna de las regiones afectadas.
Desafíos energéticos y recuperación
Los fuertes vientos de Rafael provocaron el miércoles la desconexión total del Sistema Eléctrico Nacional, marcando el segundo apagón general en menos de tres semanas. Este incidente profundiza la crisis energética que Cuba ha enfrentado en los últimos años.
Mientras las autoridades trabajan para restablecer los servicios básicos, la población se organiza para colaborar en las tareas de recuperación. La resiliencia y solidaridad de los cubanos se hacen evidentes una vez más frente a los desafíos naturales y económicos.
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- Esfuerzos comunitarios: Vecinos y organizaciones locales se unen para apoyar en la limpieza y reconstrucción de las áreas más afectadas.
- Evaluación económica: Expertos analizan el impacto del huracán en la ya debilitada economía cubana y la necesidad de asistencia internacional.
- Pronóstico meteorológico: Se prevén posibles lluvias y inundaciones en los próximos días, lo que podría complicar las labores de recuperación.
A medida que Cuba comienza el difícil proceso de reconstrucción, la atención se centra en apoyar a los más afectados y en restablecer la normalidad en las regiones dañadas por el huracán Rafael.