El Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (Minrex) ha relevado a Juan Antonio Hernández Palacios como Director General de Prensa, Comunicación e Imagen, posición que ahora ocupará Yaira Jiménez Roig, quien anteriormente se desempeñaba como embajadora en Bélgica. Aunque no se han dado explicaciones oficiales sobre el cambio, algunas fuentes cercanas al ministerio apuntan a tensiones internas y posibles desacuerdos en la gestión de la imagen pública del país.
Hernández Palacios ha sido una figura controversial dentro del cuerpo diplomático cubano, conocido por sus conexiones con altos funcionarios del gobierno y su rol en la promoción de la política exterior cubana, caracterizada por el control de la narrativa oficial y la limitación del acceso a información no autorizada. Su posición dentro de la jerarquía del Minrex le permitió gozar de un estilo de vida con beneficios y privilegios, que no son comunes para la mayoría de los ciudadanos cubanos, situación que ha generado críticas entre quienes consideran que estos cargos aseguran bienestar económico y social para una élite en la isla.
Por su parte, Yaira Jiménez Roig, quien ahora asume esta dirección, tampoco es ajena a este círculo. Durante su tiempo en la representación de Cuba en Bélgica, se le asocia con una imagen de diplomacia alineada a los intereses de la administración cubana, la cual mantiene un fuerte control de su mensaje hacia el exterior. Aun cuando se espera que continúe en esta línea, algunos analistas apuntan a que podría hacer ajustes estratégicos para responder a los desafíos actuales en el ámbito internacional, sobre todo en un contexto en el que la imagen del país enfrenta crecientes críticas y presiones.
La rotación de altos cargos en el Minrex es vista por muchos como un reflejo de las pugnas internas por el control de la imagen pública de Cuba, donde las designaciones suelen recaer en figuras cercanas a las estructuras de poder. Para Hernández Palacios, el destino inmediato aún es incierto, pero no se descarta que sea reasignado a un puesto en el que mantenga ciertas comodidades y beneficios que suelen acompañar a quienes ocupan estos niveles en la diplomacia cubana.