Rita Marley, nacida como Alpharita Constantia Marley Anderson el 25 de julio de 1946 en Santiago de Cuba, ha sido una figura trascendental en el mundo del reggae y el activismo social. Aunque nació en Cuba, su destino cambió cuando su familia se mudó a Trenchtown, en Kingston, Jamaica, donde se desarrolló uno de los movimientos musicales más influyentes de la historia. En ese vibrante entorno, Rita comenzó su carrera como cantante formando parte del trío The Soulettes, grupo que la llevó a conocer a Bob Marley, con quien se casaría en 1966. Desde entonces, su vida y su música quedaron entrelazadas con el movimiento reggae y la fe rastafari, a la que abrazó completamente tras la histórica visita del emperador Haile Selassie a Jamaica en 1966.
Como miembro de los I Threes, el grupo de coristas que acompañó a Bob Marley y The Wailers, Rita no solo ayudó a definir el icónico sonido de la banda, sino que también contribuyó a transmitir un poderoso mensaje de paz, justicia social y resistencia. Mientras Bob Marley ganaba reconocimiento mundial, Rita desempeñaba un papel clave tanto en su vida profesional como personal, siendo madre de sus hijos y pilar emocional, incluso en medio de las complejidades de su relación, marcada por la separación y las infidelidades de Bob.
Tras la muerte de Bob Marley en 1981, Rita asumió el papel de guardiana de su legado, impulsando una exitosa carrera como solista. Además, se convirtió en administradora de los derechos de la familia Marley, asegurándose de que los hijos de Bob, tanto los biológicos como los de otras relaciones, tuvieran acceso a la herencia de su padre. Pero su contribución más perdurable puede haber sido la creación de la Fundación Rita Marley en 1998, una organización benéfica dedicada a apoyar proyectos humanitarios en África, una extensión del trabajo iniciado por la Fundación Bob Marley.
En su autobiografía, No Woman, No Cry (2004), Rita ofrece una mirada íntima a su vida junto a Bob, narrando las dificultades económicas que enfrentaron, así como los desafíos personales dentro de su matrimonio. A pesar de los momentos dolorosos, Rita ha destacado en su relato la grandeza del mensaje de justicia y unidad que su esposo representaba, separándolo de sus imperfecciones como individuo.
Hoy en día, Rita Marley reside en Ghana, desde donde continúa promoviendo causas filantrópicas y apoyando a jóvenes músicos africanos, consolidando así su legado como una de las voces más importantes del reggae y una activista comprometida con mejorar la vida de los más vulnerables. Su historia no solo es la de una cantante, sino la de una mujer cuya influencia sigue resonando en el mundo de la música y más allá, con un mensaje de esperanza y humanidad que perdura.
