El primer ministro de Cuba, Manuel Marrero, compareció este 17 de octubre para abordar la grave crisis energética que afecta a la isla, intentando una vez más justificar el caos en el sistema eléctrico nacional. Durante su intervención, Marrero atribuyó la situación a las dificultades económicas derivadas del embargo de Estados Unidos, conocido como «bloqueo». Sin embargo, la respuesta del pueblo cubano ha sido de creciente frustración, ya que perciben estas justificaciones como repetitivas y carentes de soluciones concretas.
La comparecencia del primer ministro, que comenzó más tarde de lo anunciado, estuvo marcada por problemas técnicos en la transmisión televisiva, lo que complicó aún más la comprensión de sus palabras. La señal se desconectaba frecuentemente o no se entendía bien lo que decía Marrero, lo que aumentó la indignación de los cubanos, que esperaban respuestas claras ante una crisis que ha dejado a gran parte del país sin electricidad durante largas horas cada día.
A pesar de las promesas de avances y soluciones a la crisis, la opinión popular en las calles y en las redes sociales refleja una creciente desesperación. Muchos ciudadanos consideran que el gobierno sigue ofreciendo más justificaciones que medidas efectivas para enfrentar el problema, lo que ha llevado incluso a comunistas consagrados a criticar abiertamente la falta de acción. Comparan la situación actual con los tiempos de Fidel Castro, cuando, según ellos, a pesar del embargo, el gobierno era capaz de implementar soluciones energéticas que mitigaban las dificultades.
Las críticas se han centrado en la ineficiencia y la incapacidad del actual gobierno para manejar la crisis energética. «Si no pueden controlar la situación, que se vayan», es el clamor que se escucha entre muchos cubanos, quienes exigen cambios ante una situación que consideran insostenible. Incluso dentro de los sectores más leales al gobierno, las críticas comienzan a surgir, describiendo a la actual dirigencia como «inepta» y sin el liderazgo necesario para enfrentar el colapso del sistema eléctrico.
Marrero, por su parte, reiteró que el bloqueo estadounidense sigue siendo el principal obstáculo para el desarrollo económico del país y el funcionamiento de su infraestructura energética. Sin embargo, los cubanos se muestran cada vez más escépticos ante estas explicaciones, señalando que los problemas actuales parecen estar más vinculados a la mala gestión interna que a las sanciones externas.
Mientras la crisis continúa afectando la vida cotidiana de los cubanos, la paciencia parece estar llegando a su límite, y muchos exigen no solo explicaciones, sino soluciones concretas e inmediatas para restaurar la normalidad en el suministro eléctrico.