Bombardeos israelíes en Líbano dejan más de 270 muertos en uno de los ataques más letales contra Hezbolá

En uno de los ataques más mortíferos del último año de conflicto, los bombardeos israelíes en el sur y este de Líbano han causado la muerte de al menos 274 personas y han dejado más de 1.000 heridos, según informaron las autoridades libanesas. El Ejército israelí, a través de su portavoz Daniel Hagari, instó a los civiles libaneses a alejarse de las zonas utilizadas por Hezbolá para almacenar armas, mientras continuaban los ataques.

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, afirmó que su gobierno está cumpliendo con su objetivo de modificar el «equilibrio de poder» en la frontera norte del país. Según explicó, su estrategia se basa en anticiparse a las amenazas, atacando a las fuerzas de Hezbolá en territorio libanés antes de que puedan actuar contra Israel. Durante la jornada del lunes, Netanyahu declaró: “Nos enfrentamos a días complejos. Prometí que cambiaríamos el equilibrio de poder en el norte y eso es exactamente lo que estamos haciendo”.

El Ministerio de Sanidad libanés informó que entre los fallecidos se encontraban 21 niños, además de personal médico que se encontraba trabajando en la región al momento de los bombardeos. En respuesta a los ataques, Hezbolá lanzó 165 proyectiles hacia territorio israelí, afirmando que sus blancos eran instalaciones militares en la región norte de Israel. Las Fuerzas de Defensa de Israel confirmaron los impactos, aunque no ofrecieron detalles sobre las posibles víctimas o daños causados.

Además, el Ministerio de Salud de Líbano ordenó la suspensión de todas las cirugías no urgentes en los hospitales del sur y este del país, a fin de poder atender a las víctimas de los bombardeos. El Ministerio de Educación también suspendió las clases en las zonas afectadas, mientras que el primer ministro interino de Líbano, Nayib Mikati, denunció lo que considera una «guerra de exterminio» dirigida por Israel contra su nación.

Los bombardeos de este lunes se producen en medio de una escalada de violencia en la región, que comenzó en octubre del año pasado cuando Hezbolá inició ataques contra Israel en represalia por la ofensiva israelí en Gaza. En las últimas semanas, las hostilidades se intensificaron tras un ataque atribuido al Mossad, que dejó decenas de muertos en Líbano.

Según las Fuerzas de Defensa de Israel, durante la jornada del lunes, sus aviones de combate alcanzaron aproximadamente 800 objetivos de Hezbolá en varias regiones del sur del Líbano y el Valle de la Bekaa. Entre los blancos de los ataques se encontraba un comandante de alto rango de Hezbolá, Ali Karaki, quien podría haber sido eliminado en uno de los bombardeos, de acuerdo con información compartida por las fuerzas israelíes.

Miles de civiles libaneses han comenzado a huir del sur del país ante el temor de nuevos ataques, siguiendo las advertencias del Ejército israelí de que las hostilidades podrían continuar en las próximas horas. Mientras tanto, la frontera entre Israel y Líbano permanece en alerta, sin señales inmediatas de una invasión terrestre, pero con una fuerte presencia militar israelí reforzando la zona.

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