El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, lamentó profundamente la muerte de Hersh Goldberg-Polin, un rehén israelí-estadounidense que había sido secuestrado por Hamás en la Franja de Gaza. Biden, visiblemente afectado por la noticia, aseguró que el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) deberá pagar por los «crímenes» cometidos desde el pasado 7 de octubre, fecha en la que ocurrieron los secuestros.
Según reporta Europa Press, Biden manifestó su tristeza e indignación a través de un comunicado, en el que expresó que había trabajado «incansablemente» para lograr la liberación de Goldberg-Polin, quien finalmente fue encontrado sin vida. «Es desgarrador recibir esta noticia. Su muerte es tanto trágica como condenable», declaró el presidente, quien advirtió que los líderes de Hamás «pagarán por estos crímenes».
La vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, también se unió a las condenas, calificando la brutalidad de Hamás como inaceptable y exhortando a la comunidad internacional a condenar a esta organización terrorista. Harris subrayó la necesidad de eliminar la amenaza que Hamás representa para Israel y sus ciudadanos, destacando que el pueblo palestino también ha sufrido bajo su gobierno durante casi dos décadas.
La muerte de Hersh Goldberg-Polin fue confirmada por sus padres, quienes compartieron la dolorosa noticia a través de las redes sociales. El joven había sido secuestrado durante el Nova Festival el 7 de octubre de 2023, y su fallecimiento eleva a 45 el número de rehenes muertos de los 116 que aún se encuentran en Gaza, según cifras de las Fuerzas Armadas israelíes.
Las reacciones internacionales no se hicieron esperar. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, expresó sus condolencias y enfatizó la necesidad urgente de un alto el fuego para garantizar el retorno seguro de los rehenes restantes. Por su parte, el Alto Representante de la Política Exterior de la UE, Josep Borrell, y el ministro de Asuntos Exteriores británico, David Lammy, también condenaron enérgicamente la muerte de los rehenes, instando a un alto el fuego inmediato y la liberación de todos los secuestrados.
Israel ha mantenido su ofensiva contra la Franja de Gaza tras los ataques del 7 de octubre, que dejaron cerca de 1.200 muertos y unos 240 secuestrados. Las autoridades de Gaza, bajo control de Hamás, han informado de más de 40.600 muertos y cerca de 94.000 heridos, además de más de 660 palestinos muertos en Cisjordania y Jerusalén Este en enfrentamientos con las fuerzas israelíes o ataques de colonos.