Japón enfrenta un severo desafío meteorológico este viernes debido al acercamiento del tifón Ampil, calificado como «muy fuerte» por la Agencia Meteorológica Japonesa (JMA). Se anticipa que el tifón, el séptimo de la temporada en el Pacífico, traiga consigo vientos huracanados y precipitaciones intensas. Este fenómeno ha llevado a la cancelación de numerosos vuelos y servicios de tren, afectando significativamente el transporte en varias regiones, incluidas Tokio y su prefectura vecina, Chiba.
A las 10:00 horas locales, Ampil se desplazaba a 20 kilómetros por hora en dirección noroeste por el océano Pacífico. Aunque no se espera que toque tierra directamente, su proximidad a la costa está generando preocupaciones significativas. En la región central de Kanto, que abarca la capital y áreas circundantes, se han emitido alertas por riesgos de inundaciones, deslizamientos de tierra, y la marejada, con vientos que podrían alcanzar hasta 162 kilómetros por hora.
Estos vientos no solo amenazan con dañar infraestructuras y viviendas, especialmente en las islas Izu al sur de Tokio, sino que también representan un peligro para los peatones y vehículos, debido a objetos que podrían ser arrastrados por el viento. La JMA ha emitido advertencias sobre la posibilidad de que estos vientos vuelquen vehículos y causen daños extensos.
En cuanto al transporte, East Japan Railway (JR East) ha anunciado la suspensión de varias salidas de trenes bala en las líneas Tohoku, Joetsu, Hokuriku y Yamagata. La empresa estima que unos 20 servicios serán afectados durante el día. Además, JR Central ha suspendido la línea Tokaido entre Tokio y Nagoya, operando trenes especiales para manejar el aumento esperado de pasajeros que intentan adelantar sus viajes.
Las principales aerolíneas japonesas, Japan Airlines y All Nippon Airways, han cancelado más de 600 vuelos, impactando aproximadamente a 115,000 pasajeros. Estas cancelaciones coinciden con el período vacacional del Obon, conocido por el alto volumen de viajes desde y hacia las grandes ciudades.
El impacto del tifón también se ha sentido en la infraestructura eléctrica, con reportes de cortes de luz afectando a miles de hogares en áreas como Machida en Tokio y otras localidades en Chiba. La situación sigue en desarrollo, y las autoridades instan a la población a mantenerse informada y preparada ante la evolución del tifón.