Los bichones, una familia de razas caninas originarias del Mediterráneo, son conocidos por su pelo largo y su temperamento afectuoso. Entre estas variedades, el Bichón Habanero, también llamado Bichón de Seda o Blanquito de La Habana, destaca por ser la única raza de perro autóctona de Cuba, reconocida como tal en la nación.
Este pequeño can, que no supera los tres kilogramos, es famoso por su pelo largo y sedoso de un blanco puro. Históricamente, los primeros ejemplares llegaron a Cuba en el siglo XVII, traídos por familias nobles europeas, y pronto se establecieron como el perro faldero por excelencia de la alta sociedad cubana. A lo largo del tiempo, su pureza se vio alterada con la llegada de caniches franceses, dando origen a la raza que conocemos hoy.
Durante el siglo XIX y hasta la Revolución Cubana en 1959, el Bichón Habanero fue un símbolo de estatus y compañía para las familias acomodadas. Con la emigración de muchos cubanos hacia Estados Unidos, la raza se diseminó y ganó popularidad, ubicándose entre las 25 razas más apreciadas en América en 2013.
En la actualidad, el Bichón Habanero sigue siendo celebrado por su carácter juguetón y extrovertido. Es inteligente y posee un «instinto cómico», haciendo de él un excelente compañero para familias con niños y otros animales domésticos. Su movimiento es ágil y ligero, y su pelaje, que puede ser blanco, negro, gris o leonado, se adapta bien a los programas de terapia en hospitales gracias a su mínimo desprendimiento.
Aunque los criadores en Europa son escasos, países como España, Alemania, y los Países Bajos albergan algunos ejemplares. Sin embargo, para aquellos interesados en adoptar, muchas protectoras y albergues ofrecen perros que pueden ser una gran adición a cualquier hogar. Para más información sobre criadores responsables o adopciones, la Real Sociedad Canina de España ofrece recursos y apoyo a futuros propietarios.